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"En clase me llamaban maricón"

"En clase me llamaban maricón"

Jueves, 1 de enero 1970

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«En clase me llamaban maricón, me tiraban de pelo, me empujaban por las escaleras, me tiraban zumo en la cabeza porque era más afeminada. Sufrí en el instituto, pero ahora soy feliz». Este desgarrador testimonio es de una joven transexual que sufrió acoso en edad escolar en Gran Canaria.

Es el caso contado en primera persona por una chica de 21 años que ha comenzado el tratamiento hormonal y suspira con hacerse una operación de reasignación de sexo para «por fin ser una mujer», manifestó.

Ella es una más de los cientos de jóvenes canarios que han recibido acoso homofóbico y transfóbico en las aulas canarias, y por ese motivo, recientemente los colectivos de homosexuales, bisexuales y transexuales de Canarias reclamaron al Diputado del Común a que inste a las administraciones educativas a implantar un plan de prevención para evitar este hecho, que es elevado y puede derivar incluso en el suicidio.

«Cuando empecé en el instituto a los once años comencé a sufrir este acoso, lo que provocaba que bajase mi rendimiento académico porque no me podía concentrar en clases. En esa época nadie me ayudaba y cuando hablaba con los profesores, ellos no daban la cara por mí. Esto duró hasta que cumplí los dieciocho años», relataba esta joven.

«Me decían que era un maricón, hijo de puta, que me iban a pegar, esperar en la salida... y todo porque era más afeminada. Vestía como un chico pero por mis gustos, forma de hablar, gestos, me discriminaban». Incluso, recordó como le dejaban mensajes anónimos en la mochila «para amenazarme e insultarme. Decían que si volvía al instituto me iban a pegar. Se lo conté a los profesores, pero nunca hicieron nada por mí y pasaron de ayudarme».

Este calvario le duró a la protagonista de esta historia hasta que cumplió 18 años y se sintió «más fuerte y las palabras ya no me hacían daño. Tengo la fortaleza de sentirme bien conmigo mismo y estar con mis amigos que me quieren y respetan», dijo.

Ahora, desde un punto de vista más maduro, recomienda que «si tienen miedo, vayan a contarlo porque si no no podrán cumplir con su sueño. Denuncien a estas personas que las están acosando y que el profesorado ayude a sus alumnos», finalizó.

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