El viaje de las 1.000 figuras de Murcia
Cada año, y ya van 17, Aridane Betancor monta un gigantesco belén en Moya. A sus 32 años, el joven rememora que en su casa nunca se montaba el tradicional belén, sino el árbol de procedencia anglosajana. Siendo un adolescente decidió ponerle remedio a la situación, y hasta hoy. Más de 1.000 figuras, llegadas desde Murcia en unos cuantos viajes, componen el belén que cada año y desde hace 17 monta el joven Aridane Betancor en el municipio de Moya. Un nacimiento nació a título personal y con mucha ilusión, en el seno del hogar de Aridane, pero ha traspasado ya la privacidad y las fronteras. «Todo empezó porque de chico veía cómo mis tías hacían el belén y en mi casa no se hacía, solo el árbol. Y a mí me ilusionaba. Así que con 15 años monté mi primer belén en el salón de mi casa, con el dinero que tenía guardado que me daban mis padres». De aquel tiempo recuerda Aridane que «le quité a mi madre todo el salón y cuando terminé tuve que pintarlo de nuevo». La experiencia llevó a Aridane a mudar el belén, dadas las dimensiones. «Me cambié de sitio, debajo de mi casa, a una especie de corral de animales» que de nuevo se quedó pequeño para el montaje. Ahora, Aridane Betancor monta el belén, que se inauguró ayer, «en un local de 200 metros de la familia, donde antiguamente había un corral de vacas, como el establo donde nació Jesús». Y allí, en Camino San Fernando 23 (Moya), puede el visitante apreciar el trabajo y el empeño que tiene el belén de este joven moyense, un belén que comienza a elaborar y a pensar allá por el mes de mayo. «Requiere mucha dedicación, me paso todo el año haciendo casitas, mirando cómo hacer la estructura del belén, la geografía, el barranco, los riscos, las piedras. Todo es artesanal, hecho por mi, menos las figuras que ahora las compro porque dan mucho trabajo. Ya me conocen en Murcia, donde las compro en la fábrica», cuenta el belenista. Muchas se esas figuras este año están «en el banquillo de los suplentes» por falta de espacio, y eso que el belén se ubica en un local de 200 metros, siendo las dimensiones del nacimiento de unos 160 metros cuadrados. En realidad, durante el año Aridane guarda a pastores, reyes magos, campesinos, romanos, palestinos y judíos en un enorme armario de cinco metros de alto. Personajes todos ellos que componen hasta después de Reyes un belén que «se ha convertido si no en el oficial de Moya, sí en el más conocido». Tanto es así que Aridane, que se turna con su familia para mostrar el nacimiento, registró el pasado año 6.351 visitas. Además, la iniciativa de Aridane ha metido a Moya en la ruta de los belenes, y, según cuenta él mismo, ya hay más belenistas de nivel en Moya. La pasión de Aridane por los belenes tiene su precio, claro. Dice que en todos estos años ha invertido mucho dinero, «solo en figuras el valor es de más de 60.000 euros, son de barro, de gran valor». Ahora, con la crisis, hay que apretarse un poco el cinturón. «Trabajaba en una empresa constructora, llevando la contabilidad, pero ahora mismo estoy en el paro», que no ocioso.