Borrar
El timple más joven y femenino

El timple más joven y femenino

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Laura Martel (Valsequillo, 1995) es un caso raro en el mundo del folclore canario. Joven, mujer y timplista, un portento según todos los entendidos que intenta abrirse camino en un campo hasta ahora marcado por los estereotipos. Ella llega pisando fuerte, con disco y concierto a la vista.

Punto de partida es el primer trabajo discográfico de la timplista grancanaria Laura Martel. Este sábado, a las 20.30 horas, lo presenta ante el público del Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria. Será la gran protagonista del concierto, pero estará arropada por un nutrido grupo de músicos para la ocasión, como el acordeonista Miguel Afonso y las solistas Betania Martín, Ana Gil y Aradioly López. El disco lo componen once temas que van del folclore canario más puro al jazz o los aires celtas. Todo eso y más promete Laura Martel que se apoderará del Guiniguada.

Para ello ha estado ensayando a toda hora, más de lo normal, al punto que en su casa la mandan a callar, aunque con la boca chica. Mucho ha cambiado Laura Martel desde que comenzara las clases de timple hasta ahora. «Los inicios fueron raros, iba obligada a clase. Mi tío quería que estudiase un instrumento de la cultura canaria, y yo iba siempre a disgusto. Dejaba el instrumento en casa, arrimado, hasta la próxima clase. Pero con el paso del tiempo una profesora empezó a enseñar en la escuela; me enseñó el timple solista, no sólo el rasgueo y el parrandeo asociado a las romerías. Esa profesora me marcó», apunta Laura, y con ello le cambió su vida.

Desde que tiene 6 años el timple forma parte de su día a día, se ha formado con los grandes instrumentistas José Antonio Ramos, Benito Cabrera, Totoyo Millares y Domingo Rodríguez El Colorado, ha sido alumna de Germán López y actuado en diferentes recintos con músicos de diversos palos. Su afán por crecer musicalmente es inagotable.

A pesar de su juventud, sabe el terreno que pisa. «Es un mundo de hombres, desgraciadamente. En el timple solo hay referentes de chicos, yo voy a romper los estereotipos, y espero que alguna chica se anime y que haya más mujeres». Reconoce el apoyo de su familia, de sus amigas, aunque siempre «hay gente que lo ve raro porque piensan que el timple sólo son folias o isas. Pero no, se pueden hacer muchas más cosas. La gente está muy cerrada asociando el timple a la romería». Ella es una firme defensora del instrumento tradicional canario, y no entiende que no se estudie en el Conservatorio, donde ella a falta de timple estudia guitarra.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios