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El Tenerife cae ante el Betis

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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El líder infligió un duro correctivo al Tenerife, un equipo indolente que encajó tres goles en poco más de media hora y se despeña en la zona baja. Nada hacía presagiar que el decidido inicio de los blanquiazules le depararía tan drásticas secuelas, puesto que el cuadro sevillano, después de verse cercado en los seis primeros minutos, logró marcar en su primera aproximación al marco insular. Una indecisión en la retaguardia tinerfeña permitió a Emaná controlar el balón, y tras escorarse ligeramente a la izquierda conectó un zapatazo que se coló de forma irremisible en el marco de un estupefacto Aragoneses. Al filo del primer cuarto de hora, Natalio intentó sorprender a Goitia con un lanzamiento desde el borde del área, pero a renglón seguido, quien quedó verdaderamente atónito fue el cancerbero local, después de que Rubén Castro, desde unos cuarenta metros, lanzara un letal disparo ante el que poco pudo hacer un adelantado Aragoneses. Molina, a la media hora de juego pudo haber apuntillado definitivamente a su rival, pero esta vez Aragoneses se interpuso en en el intento de vaselina del delantero bético, e instantes después de nuevo el meta, esta vez por partida doble, rechazó sendos intentos del grancanario Rubén Castro. Pero tanta indolencia defensiva tinerfeña tenía que acabar de la peor forma posible para el conjunto de Juan Carlos Mandiá y de nuevo Emaná, esta vez en el minuto treinta y tres, aprovechó un ingenuo pase de David Prieto, para marcar a placer el tercer tanto. Con este incuestionable marcador a favor del cuadro sevillano se alcanzó el descanso. En la reanudación, el Tenerife gozó de una nueva ocasión, pero Goitia estuvo muy atento ante un franco disparo de Nino y envió el balón a córner. Poco después, la fortuna se alió con los sevillanos, puesto que el larguero evitó el tanto local al interponerse a un buen lanzamiento de Mikel, mientras que, en el minuto sesenta y dos, Aragoneses tuvo que emplearse a fondo ante un disparo de Salva. De aquí al final poco más que reseñar, puesto que los andaluces no quisieron cebarse más aún sobre un ya casi cadavérico rival, que por más que lo intentó sólo pudo aproximarse a las inmediaciones del área, puesto que todo intento de penetrarla fue evitado por su sólida y contundente defens

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