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El Pino de la Virgen se asfixia

El Pino de la Virgen se asfixia

Jueves, 1 de enero 1970

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El que se cree que puede ser el árbol emblemático más antiguo y de mayor envergadura de Canarias está languideciendo. La actuación llevada a cabo para mejorar el entorno donde se alza el Pino de la Virgen de El Paso, junto a la ermita que acoge la imagen, lo está asfixiando. Ahora buscan soluciones para alargarle la vida.

El Pino de la Virgen no se está muriendo, pero sí tiene un grave problema respiratorio que, si no se aborda pronto, podría acabar por asfixiarlo. En los últimos años las señales de que algo no va bien son más que evidentes, aunque la cosa, admiten algunos de los expertos que están haciendo el diagnóstico al monumental pino canario (Pinus canariensis), viene de atrás: justo del día en el que se decidió rodearlo por una losa de hormigón para hacer más accesible una plaza frente a la ermita que alberga la imagen de la virgen, asfaltar el camino que pasaba junto a él y hacerle al lado unos baños públicos con sus correspondientes fosas sépticas.

Las ramas secas que cada cierto tiempo se adivinan en las copas del único árbol que en Canarias está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) son el síntoma más visible del estrés al que está sometido este enorme pino de 33 metros de altura. El profesor de Biología y fitopatólogo de la Universidad de La Laguna (ULL), Raimundo Cabrera, y el biólogo del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, Ángel Rebolé, coinciden en que cuando en 1994 se comenzó a alterar el entorno del que probablemente sea el pino más antiguo de Canarias (supera los 825 años) «no se tuvo en cuenta que se trata de un ser vivo» y que al recubrir las raíces con hormigón y enterrar parte del tronco (alrededor de un metro y medio, calculan) se impermeabilizó el suelo por el que hasta entonces no sólo le llegaba el agua sino el aire que le permitía oxigenarse, con lo que el árbol «se está asfixiando».

La asfixia de las raíces, explica Cabrera, provoca un debilitamiento general del árbol, que se traduce en ramas que se secan y en una mayor propensión a las enfermedades, sobre todo en los huecos que han dejado las ramas’ y en otros que se le hicieron para albergar la imagen de la virgen y, aunque se taparon, pero no de manera óptima.

Desde hace varios años el Ayuntamiento de El Paso es consciente de que el cuasimilenario Pino de la Virgen perdía verdor y frondosidad, pero no ha sido hasta ahora que no ha creado una mesa técnica para no sólo conocer el estado real del emblemático árbol, sino para abordar las posibles soluciones para alargarle la vida lo más posible y todas pasan por levantar la plaza que lo rodea, regenerar el suelo y colocar plantas que ayuden a airearlo, de modo que el árbol y las raíces estén en las mejores condiciones y pueda seguir viviendo

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