El jardín de las frutas tropicales

Es casi inevitable que al entrar en la finca Cueva del Polvo, en Guía de Isora (Tenerife), a uno no le venga a la cabeza la canción de Compay Segundo Frutas del Caney (¡Frutas!, quién quiere comprarme frutas/mangos de mamey y biscochuelo/piña, piña dulce como azúcar/cosechadas en las lomas del Caney/vendo rico mango del mamey y piñas [...]) porque muchas de las frutas que enumera el mítico músico cubano se pueden encontrar allí con sólo darse un paseo. No se trata de un jardín botánico, pero podría parecerlo porque alberga una de las mayores y más importantes colecciones de especies y variedades frutales tropicales y subtropicales (banco de germoplasma) de Europa. Variedades de plátano, aguacate, mango, piña o papaya y más recientemente litchi, carambola, macadamia, chirimoyo, mamey colorado o maracuyá se han seleccionado y cultivado en prueba en la finca Cueva del Polvo para ver primero si se adaptaban a las condiciones agroclimáticas de Canarias, estudiar su comportamiento en la tierra y luego explorar sus posibilidades de cultivo y su comercialización, explica el técnico del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) Pedro Modesto Hernández. Un ejemplo exitoso de este proceso de adaptación, dice, es el mamey colorado, originario de Centroamérica, que ya se cultiva y está introducido en el mercado. En la estación experimental de la Cueva del Polvo, que gestiona el Departamento de Fruticultura Tropical del ICIA, casi como en la lista de frutas que desgrana Compay, se ubican las colecciones de germoplasma más importantes del instituto, con más de 150 especies y variedades.