El Insular no aclara por qué no se utiliza la helisuperficie
La helisuperficie del Complejo Universitario Materno-Insular de Gran Canaria está acreditada y autorizada a operar desde el pasado mes de junio. Este es el único dato que este periódico obtuvo ayer en el encuentro que mantuvo con la gerente del centro sanitario, del que es responsable Isabel Gutiérrez, y en el que se preveía lograr una respuesta al desuso de la helisuperficie que corona el Insular desde hace doce años. La gerente se limitó a responder que la plataforma está «acreditada por la Agencia Estatal de Aviación y en una situación de emergencia, los helicópteros que estén autorizados y siempre que se cumplan una serie de condicionamientos técnicos y ambientales, aterrizarán en esta superficie».
La situación de emergencia sanitaria vivida el miércoles debido a la explosión de propano que sufrió el hotel Cordial Mogán y en el que seis personas resultaron heridas de gravedad por quemaduras una de las víctimas falleció la madrugada del este jueves recordó, una vez más, la inoperancia de la helisuperficie. Una de las víctimas tuvo que ser trasladada por aire al Hospital Insular y, para ello, las autoridades se vieron obligadas a cortar el tráfico, en ambos sentidos, a la altura del complejo para que el helicóptero del Grupo Especial de Emergencias se posase en el asfalto. La aeronave no aterrizó en la cubierta del hospital, tal y como apuntó este periódico en su edición de ayer, porque no está autorizada al pesar más de cinco toneladas. La plataforma no soporta más de cuatro. Y, una vez más, asaltan las preguntas: ¿qué pasa con la helisuperficie que no opera? ¿Cuántos años han pasado? ¿Por qué no aterrizan los helicópteros si la plataforma ya esta acreditada desde junio? ¿Cuántos traslados recibe este hospital desde otras islas? ¿Los servicios de traslados de pacientes desde las islas periféricas al Insular los siguen recibiendo la helisuperficie del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín? Después de doce años, hace falta una respuesta a un gasto económico, que fuentes sanitarias calculan «entre la obra, materiales, los proyectos de las remodelaciones, los informes mediambientales, entre otros, en unos cuatro millones de euros».
La entrevista con Gutiérrez, que se desarrolló en la propia gerencia del hospital, no dio respuestas que explicaran una realidad que desde 1999 está patente en la cubierta del Insular. El mensaje de la gerente fue «yo vuelvo a repetir lo mismo si usted quiere y a buen entendedor las palabras sobran». Lo dejó claro.