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El falso techo tenía piezas rotas y había tenido incidencias anteriores

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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El falso techo del vestíbulo del Intercambiador de Transportes de Santa Cruz de Tenerife, que se derrumbó en la madrugada de este martes sin producir víctimas porque la estación estaba cerrada, tenía piezas de suspensión rotas y ya antes se habían producido incidencias, según el arquitecto de la obra.

"Todavía estamos temblando" ante la posibilidad de que hubiera ocurrido una desgracia, dijo el arquitecto de la obra, José Ángel Domínguez, a los periodistas tras una primera inspección del derrumbe en el vestíbulo del Intercambiador, una obra concluida en 1998 de la que es titular el Gobierno de Canarias y que es gestionada por el Cabildo de Tenerife, a través de la empresa insular de transportes TITSA.

El falso techo, formado por bandejas de aluminio suspendidas en las que se integra la iluminación, cubría una superficie de unos 4.000 metros cuadrados, a razón de veinte kilos de peso por metro cuadrado, y tapaba la estructura de barras del edificio, que no se vio afectada.

Domínguez consideró que por desgracia no hay ingenieros ni arquitectos en los servicios de mantenimiento de los edificios públicos, que normalmente son en realidad servicio de reparaciones.

"Si fuéramos alemanes, tendríamos un servicio de prevención", pero lo normal es que los edificios públicos no se revisen porque no hay dinero para el mantenimiento, indicó.

En el caso del Intercambiador de Transportes, el arquitecto informó de que tiene entendido que hubo anteriormente alguna incidencia en el techo, en concreto alguna placa que se salió de su posición y se arregló.

Los primeros indicios que ha detectado el arquitecto tras el derrumbe es que hay al menos media docena de piezas de acero inoxidable elástico que estaban partidas, algo que él nunca había visto que sucediera, y detalló que esas piezas son de fabricación suiza, las mejores y más caras del mercado.

Reveló que en su día la contrata que ejecutó la obra pidió cambiar esas piezas por otras más baratas, pero la dirección facultativa no lo autorizó y se ciñó a la marca que figuraba en el proyecto.

A falta de los resultados del análisis de las piezas, el arquitecto apuntó a que podría deberse a defectos de origen en la aleación del material, aunque la investigación no ha terminado.

Las piezas rotas hicieron que el techo cediera en algunas zonas del vestíbulo, a lo que siguió una caída en cadena, no simultánea, según se ha comprobado en las cámaras interiores que recogieron el momento.

Insistió en que no está seguro de nada al cien por cien, excepto de que hay media docena de piezas partidas.

El arquitecto dijo que si hubiera habido gente en el vestíbulo en el momento del derrumbe habría habido "una desgracia seria" y reconoció que todavía tiembla con este pensamiento, aunque no se puede entretener en eso sino en determinar qué pasó.

La directora general de Transportes del Gobierno de Canarias, Rosa Dávila, insistió en que no se deben hacer especulaciones sobre las razones del suceso y se remitió a los resultados de la investigación abierta por el Gobierno de Canarias y que desarrolla la Consejería de Obras Públicas.

El responsable de transportes del Cabildo de Tenerife, Manuel Ortega, subrayó que el cierre del vestíbulo del Intercambiador no afecta a ninguno de sus servicios de transporte de guagua y tranvía ni al aparcamiento.

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