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El canario José Herrera estrena una galería en Berlín

El canario José Herrera estrena una galería en Berlín

Jueves, 1 de enero 1970

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La silenciosa y profunda obra del tinerfeño José Herrera será la encargada de inaugurar la aventura empresarial berlinesa de la experta en arte Judith Rebeca Manzoni. La joven, que mantiene estrechos lazos con Canarias, está a punto de abrir en pleno corazón de la capital germana una galería de arte.

En los últimos años, Berlín se ha convertido en el refugio de un nutrido grupo de artistas canarios. Ahora, una experta en arte ligada a las Islas va a probar suerte en la capital alemana abriendo su propia galería. La sala, denominada Manzoni Schäper, está situada en el moderno corazón de la capital germana, concretamente en la calle Postdamer.

Afincada en la ciudad desde hace siete años y con estudios de postgrado de arte contemporáneo, crítica y filosofía por la universidad británica de Essex, Manzoni ha apostado por la obra del canario José Herrera (Tenerife, 1956) para inaugurar su galería el próximo día 8 de septiembre. "Es para nosotros un orgullo abrir la galería con José por la gran calidad de su obra y por su autenticidad artística", manifestó a través de un correo electrónico la comisaria y galerista. "Con esta exposición" - añade Manzoni- "busco mostrar la obra de José Herrera en un contexto internacional y al tiempo rendir homenaje a una tierra tan fértil en creatividad como son las Islas Canarias, cuyos artistas han de luchar tanto por lograr proyección y visibilidad fuera", explica esta experta que mantiene estrechos lazos con Tenerife, donde reside su familia. LA EXPOSICIÓN. Herrera aún no sabe con certeza qué va a exponer, pero llegará a Berlín pertrechado con «alguna obra reciente, nueve acuarelas en papel de 2,50 metros, tres esculturas y 50 papeles pequeños», explica el creador tinerfeño durante una conversación telefónica.

Algunas de las obras que llevará a Alemania se pudieron ver en la galería Manuel Ojeda de la capital grancanaria el pasado mes de marzo, como la pieza Memoria de la tristeza, una instalación donde dos pilas de almohadas se levantan sobre una mesa y unas sillas.

Además, piensa exhibir pinturas que representen el espíritu sintético y sobrio de su obra. «Siempre me han interesado las formas esenciales, mínimas, sobre fondo blanco o uniforme, donde una sola forma domina el espacio. Busco la rotundidad de la forma», resume el artista que confiesa que su trabajo puede resultar algo solemne. «Mis piezas invitan a reflexionar y guardar silencio. Imponen un poco», reconoce acerca del misterio que encierran sus creaciones, en las que suele reservar un papel principal al hueco.

Herrera afirma que la posibilidad de exponer no le motiva en demasía. «Lo que me interesa es trabajar. Pero esta exposición en Berlín es un gran estímulo para mí. Me apetece confrontar la obra a una mirada diferente, ni insular ni peninsular», dice.

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