«El ascenso al Toubkal trasciende el reto deportivo»
El cansancio de una semana intensa en la cordillera del Atlas se enjugaba con la adrenalina generada por el éxito de la ascensión. Los expedicionarios grancanarios que coronaron el techo de Marruecos la pasada semana regresaron ayer a Gran Canaria con postales y vivencias eternas.
El viaje comenzó una semana antes. El mérito consistía en que todos, la mayoría sin bagaje en la alta montaña, llegasen a la cima más importante del norte de África. Condicionados por las bajas temperaturas y un sendero imprevisible por la nieve, un escenario sin parangón en las Islas, la incertidumbre e inexperiencia eran condimentos añadidos de un grupo heterogéneo y sin conocimiento previo. Todos, a ciegas, se encomendaron a la sapiencia del alpinista grancanario Javier Cruz como asesor, complementado por su hermano Alfredo y el experimentado guía local Brahim Masskouk.
El primer objetivo, hollar el Toubkal, cuya cima destaca a 4.167 metros. Pronto, no sin inconvenientes y lógicos temores, se logró el objetivo. Los 16 se abrazaron emocionados a mediodía del pasado martes en el punto más alto del Atlas. «Es una sensación indescriptible. No nos conocíamos y muchos ni siquiera habían pisado la nieve, lo que incrementaba la desconfianza sobre el éxito de la ascensión. Pero las carencias físicas se compensaron con fortaleza mental y afán de superación», reconocen orgullosos.
Algunos incluso pudieron coronar otras dos cimas más, el Toubkal oeste y el Ras, en las siguientes 24 horas. La escalada en hielo, imposible en el Archipiélago, añadió atractivo. «Este viaje trasciende el reto deportivo. Es la historia de unas personas desconocidas que se han unido para enfrentarse a sus temores y se han superado a sí mismos. La conclusión, saber que siempre se puede lograr retos con mucho tesón, esfuerzo y camaradería».
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