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El arte de pescar la vieja

El arte de pescar la vieja

Lunes, 20 de julio 2020, 21:08

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La vieja es uno de los pescados más peculiares de las Islas y pescarla tiene su arte. A esta extraordinaria especie le rodea un mundo de conocimientos, sabiduría que se pierde con el tiempo. Antonio y Felipe Hernández, familia del mítico pescador El Aguaresío, nos adentran en este mundo.  

La vieja es un pescado sabedor al que hay que saber engañar porque si no se ríe de ti», explica Felipe Hernández, hijo del insigne pescador Luis Hernández, más conocido como El Aguaresío, uno de los más famosos pescadores de vieja, originario del Charco de San Ginés de Arrecife, donde el pueblo de Lanzarote le tiene dedicada una calle.

«La vieja es sabedora. A otros pescados los puedes engolosinar engoandolos, pero a la vieja si la refolas, la escardas y la pierdes», continúa Luis, queriendo decir que no hay que pasarse con el cebo cuando se trata de capturar a este emblemático pescado, que sólo se da en Canarias y que es una auténtica exquisitez para el paladar.  

En torno a la vieja existe todo un mundo de conocimientos, sabiduría popular que poco a poco se está perdiendo y que ya apenas los más viejos conocen. Desde la forma de denominar cada aparejo, fabricado a base de inteligencia y con los escasos medios con que antiguamente se tenían, hasta los topónimos costeros con los que se conoce cada baja, ensenada o punta. Nombres costeros como Juan Rejón, El Perejil, Los Lastres, La Pared, la Bajita, zonas de la costa de Arrecife que ya muy pocos conocen.  

Su captura es diferente desde tierra o desde una chalana. En el segundo de los casos, la técnica es esencial y ya muy pocos, salvo los viejos, la conocen y la practican. «Tan sólo se usa ya en el norte de la isla y La Graciosa, porque la costa de Arrecife está muy esquilmada y la vieja muy resabiada», explica Felipe.  

En la pesca de vieja con chalana suelen participar dos marineros, uno a los remos y el otro con la caña a la espalda, para dar el tirón en el momento oportuno. La caña se pone sobre la espalda, ya que la otra mano está ocupada en portar el mirafondos, o vidrio, que se usa para ver acercarse al pescado bajo el agua.  

Los marineros, los que saben, tienen su propio lenguaje de gestos para comunicarse sin hablar, para no hacer ruidos que puedan asustar al sagaz pescado. Todo un sistema de comunicación a base de gestos con las piernas, porque las manos están a otra cosa. De este modo, el que va a la caña comunica a su compañero si tiene que dar remos y la dirección en que debe hacerlo.  

La vieja es un pescado especial por lo goloso que es. Rara vez se captura si no se le pone de cebo su alimento preferido, conocido como carnada de vieja, un cangrejillo que se captura con marea baja. La vieja es también novelera, le gusta cambiar de sitio. Vive en la zona intermareal, pero le gusta aproximarse a zonas menos profundas. Sin embargo los que saben, como Felipe, aseguran que «se pesca en dormideras, porque duerme por la noche y suele hacerlo siempre en el mismo sitio, por eso se amanece pescando. Fondeas por la mañana y esperas a que despierte, te echas una cachimba y esperas». Otras veces la vieja se mueve y «por eso tienes que ir dando potalazos, moviendo la barca».

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