El envejecimiento de la población española plantea un gran reto al sistema de salud pública, el de la gestión de la prescripción farmacológica en pacientes ancianos crónicos que son polimedicados. De ellos, el 45% no cumple bien su tratamiento, asevera el vocal de formación y docencia del Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas, Manuel Acosta.
El perfil de estos pacientes corresponde a una persona de edad avanzada, con muchas enfermedades y con un tratamiento formado por numerosos fármacos, en ocasiones hasta ocho», explica el farmacéutico, que sostiene que la polimedicación inadecuada es un «grave problema de salud» porque puede provocar fracaso terapéutico, aumento de las complicaciones, ingresos e incluso fallecimientos.
«Los problemas que se presentan para llevar la terapia a buen puerto son muchos porque hay medicamentos que pueden no llevarse bien entre ellos o pueden no ser tolerados por determinadas enfermedades», sostiene Acosta. Asimismo, explica que, hasta ahora, en medicina «solo existía una talla única que no sirve porque cada vez hay más pacientes ancianos, con más enfermedades y con cambios orgánicos a los que les afectan mucho los fármacos». Por ello, apunta, se hace «necesario» cambiar la estrategia actual para reducir la polimedicación inadecuada y mejorar la adherencia al tratamiento, una acción que ya se está impulsando desde el Colegio de Farmacéuticos de Las Palmas (Coflp).
La propuesta, ya puesta en marcha a través de un curso formativo del Colfp, es un sistema basado en la evaluación de la utilidad de los medicamentos, del beneficio y el riesgo de tomarlos y asegurar que el fármaco elegido sea el más adecuado. «Podemos hacer más por ellos, y por eso nos estamos formando para que las farmacias tengan un servicio mucho más asistencial y de diálogo que ayudaría mucho a estos pacientes, ya que cada uno es único», afirma el farmacéutico.
«Así es mucho más fácil que sean cumplidores» dice Acosta, quien advierte que los medicamentos mal utilizados son peligrosos. «Normalmente hay una relación beneficioriesgo en los fármacos comercializados en la que hay muchos beneficios y pocos riesgos, pero en los ancianos estos últimos aumentan sin un uso racional», zanja el experto.