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Los operarios fueron literalmente catapultados desde la grúa, cruzando por el aire los cuatro carriles de la autovía LZ-2. El encargado, Felipe Pérez Carral, quien iba a cumplir 41 años el jueves, nacido en Francia y de origen gallego, aterrizó en la vía paralela a la autovía. El novato, Víctor Manuel Angulo Niño, peruano, 36 años, dio con sus huesos en la zona ajardinada previa. Ambos quedaron tendidos con múltiples fracturas y heridas sangrantes, sin conocimiento. Fueron asistidos de inmediato por el personal de una mutua de accidentes que se halla junto al punto del percance. Ayudaron con respiración asistida y masajes cardíacos a las víctimas, a la espera del personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC).
Por desgracia, el golpe había sido de tal índole que Víctor falleció a los pocos segundos. A Felipe, quien ya tenía apalabrado su traslado a Galicia, se le mantuvo el pulso durante algunos minutos, muriendo al poco, sobre las 9.10 horas.
Tras confirmarse el deceso, los cuerpos fueron tapados, a la par que se acordonó la zona, a la espera de que se personaran la titular del Juzgado número 6 de Arrecife, junto al forense. Sobre las 10.30 horas se produjo el levantamiento de los restos, que fueron trasladados al Palacio de Justicia de Arrecife, para practicarles la autopsia. Autovía cortada. Tras la retirada de los cadáveres, se procedió a retirar la pluma y la base de la grúa. Pasado el mediodía se abrieron al tráfico los dos carriles de salida de Arrecife. Se tardó algo más en el lado contrario, desde donde se retiró el vehículo al que la grúa dañó parcialmente en el frontal.
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