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De Gran Canaria a Nueva York tras el balón

De Gran Canaria a Nueva York tras el balón

Ibón S. Rosales

Jueves, 1 de enero 1970

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La joven Sara Suárez cambia su cancha de fútbol en Lomo Blanco por las instalaciones de la escuela superior ASA College, en Brooklyn, que a partir de este jueves será su casa, equipo y universidad. La canaria pasará los próximos dos años becada gracias a su talento como futbolista. Su sueño es ser profesional. Las redes sociales son el punto de apoyo que el talento canario, a veces tan aislado, necesita para darse a conocer. En el caso de Sara Suárez fue un vídeo en Instagram el que, gracias a Fútbol en Tacones, se hizo viral en la Red hasta llegar a Thiago Barreira, un agente deportivo brasileño que se interesó por ella. «En el vídeo salía jugando un partido contra el club de fútbol femenino Arguineguín. Hice una buena jugada en la que dejé sentada a la rival y centré el balón. Eso suele gustar mucho», relata. Hoy comienza su aventura en el Nuevo Mundo. La grancanaria ha conseguido una beca deportiva en la escuela superior americana ASA College, que costeará todos sus gastos durante dos años a cambio de que ceda su fútbol al equipo ASA Collegue Avengers. Su padre la acompaña. Vuelan a Nueva York y de ahí a Brooklyn. «Vinieron otras tres universidades pero tenía que aprobar el Toefl y no llegó a tiempo a los exámenes», relata su padre, Fernando Suárez, destacando el valor de su hija y dejando ver su admiración por ella. «Yo la sigo y la llevo a todas partes», comenta. «Me ofrecieron un curso intensivo de inglés de dos meses y luego estudiar lo que quisiera», cuenta. La futbolista quiere hacer Educación Física pero, más allá de eso, su deseo es el fútbol profesional. «Estoy emocionada pero a la vez un poco nerviosa. Voy con la mente en blanco, supongo que allí el nivel de fútbol femenino será mayor y habrá más ojeadores, a ver si alguno me ve», relata ilusionada. De hecho, la idea es pasar al fútbol profesional. La joven de 18 años juega de interior en ambas bandas y en el centro del campo con proyección ofensiva. Los dos últimos años ha trabajado duro en mejorar los lanzamientos de penaltis, que la ponían «nerviosa y fallaba». El Unión Viera femenino ha sido su casa los últimos años aunque sus inicios fueron en el equipo del barrio, el Lomo Blanco. La culpa de su pasión la tienen su primos, con los que jugaba cuando era pequeña. Desde los 11 años ha sido parte de la selección canaria y algunos años incluso jugó en equipos mixtos. Ahora se embarca en la que será sin duda una experiencia de vida y la puerta al objetivo de convertirse en futbolista profesional.

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