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Culebrón venezolano

"¿Estás seguro de que en el capítulo 243 podré hablar a solas con Asier Francisco?"

Jueves, 1 de enero 1970

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Nuestro amor es imposible, Fernando José», repite Patricia Regina bañada en lagrimas, incapaz de afrontar el capítulo 238 tras admitir que todo serial tiene su fin. «Eres la mujer de mi vida pero, si así lo quieres...¡se acabó!», replica el galán latino de espaldas, sin sostener la mirada, consciente de que la boda de su amante con su padre es «un obstáculo imposible de superar». «No lo quiero, te lo juro sobre la tumba de mi madre, pero estaba segura de que habías muerto», replica Patricia Regina, «Asier Francisco así me lo prometió sobre la Biblia». «¿Mi mejor amigo?», lee en el libreto Fernando José, «sí y yo lo creí porque fue un secreto de confesión», explica desolada la estrella del culebron. «¡Corten!», ordena con voz firme Carolina del Pino orgullosa del resultado de la escena y segura -ahora más que nunca- que este emotivo cara a cara entre sus actores pasará a los anales de la televisión como el punto cumbre de su carrera de directora. «Perfecto, perfecto. Solo unas tomas más», grita desde la Presidencia de la Cámara mientras hace un gesto a su equipo para que corra a la sala de montaje. «Diez minutos de descanso y seguimos», añade. El salón principal de Teobaldo Power se convierte entonces en un revuelo de abejorros alrededor de las estrellas. El maquillador Iñaki se vuelca sobre Patricia Regina para retocarle los ojos: «Estás divina, no se cómo consigues llorar sin que se te corra el rímel», la piropea mientras la reina de la pantalla insiste en memorizar las líneas en que «me encaro con Rosa María por su maltrato a la Sanidad».

También está rodeado de su equipo de confianza Fernando José, que hace gorgoritos con el vaso de agua con limón que le pasa Barragán Ernesto al tiempo que le peina las patillas. «¿Estás seguro de que en el capítulo 243 tendré la oportunidad de hablar a solas con Asier Francisco?», le pregunta al veterano Ruano Germán a sabiendas que su fuerte en la interpretación siempre ha sido crecerse ante la adversidad. «Está atado y bien atado, tranquilo», le contesta su representante señalando el contrato para un nuevo culebron que ya han sellado los abogados. «Despejen el plató. Todos fuera menos los actores», impone Carolina del Pino desde la tribuna, mientras el productor Montoro del Río apremia para que el presupuesto se cumpla. «¡Acción!». «Nuestro amor es imposible, Fernando José»...

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