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Cuando los grabados rupestres se usan de pizarra

Con pintura blanca, los desaprensivos felicitan el nuevo año 2014 en una estación de grabados rupestres situada en el municipio de Puerto del Rosario. Un grupo de senderistas descubrió el fin de semana este nuevo y más que deplorable atentado contra el patrimonio cultural.

Jueves, 1 de enero 1970

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Ni por WhatsApp, ni a través de SMS, ni con una tradicional postal de Navidad: los desaprensivos felicitaron la entrada del nuevo año con pintura blanca y letras de casi medio metro en una de las estaciones de grabados rupestres más importantes de Fuerteventura.

Un grupo de senderistas descubrió hace escasos días el atentado contra el Bien de Interés Cultural (BIC) situado en la cima de una montaña del municipio de Puerto del Rosario. La desafortunada inscripción no se realizó directamente sobre los grabados, sino a la izquierda de los motivos geométricos y rectilíneos realizados mediante incisión incluidos en la Carta de Arqueológica de Fuerteventura.

La estación rupestre consta de dos tipos de grabados: algunos juegos de pastores o de inteligencia asociados a la ganadería tradicional; y otros rectilíneos, con una pátina de desgaste muy acusada, según los especialistas, «que podrían estar asociados con inscripciones latino-canarias, algo que no se puede afirmar de forma tajante dada la alta concentración y superposición de motivos».

Cómo borrar. La Consejería de Patrimonio del Cabildo acudió ayer a realizar una inspección en la zona a raíz de esta denuncia ciudadana con el fin de determinar la forma de eliminar esas nuevas pintadas, que se suman a grabados que se hicieron allí desde hace al menos 20 años.

A la sensibilidad ciudadana y al respeto por nuestro patrimonio apeló ayer Juan Jiménez, consejero de Cultura y Patrimonio del Cabildo, a la vista del atentado. «Pedimos la colaboración de los ciudadanos para que denuncien o avisen de este tipo de comportamientos que atentan con nuestra legado histórico. Es un daño muy importante ante el que todos tenemos que implicarnos denunciando a los autores y ayudando a que no se vuelvan a repetir».

Autógrafos de 1989. Además de estas últimas pintadas, en la estación rupestre lucen otras inscripciones igualmente deplorables y menos fáciles de eliminar su huella. Son los rayones realizados con piedra de otros desaprensivos que dejan su impronta tras subir a la cima de la montaña del municipio capitalino, algunos datan incluso de 1989. como puede leerse al pie del nombre del autor en cuestión. En otras estaciones de grabados, una pareja de novios se dedicó durante años a dejar sus nombres y también la fecha en que los vieron, en una especie de ruta del atentado arqueológico. Otros desaprensivos optan por reproducir los trazos de los BIC o proclamar su amor eterno en inglés.

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