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Cuando la fe no conoce los límites

Cuando la fe no conoce los límites

Lunes, 20 de julio 2020, 07:44

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El partido arrancó con intensidad, con los dos equipos tuteándose. Paco Herrera avanzó durante la semana que podía cambiar el esquema para buscar más mordiente en ataque y, a pesar del potencial rival en la parcela ofensiva, propuso un once novedoso con cuatro defensas y Willian José y Araujo como referencias arriba.

Se medían dos equipos con el cartel de tener buen trato con el balón y el partido no decepcionó. El Celta buscaba la portería insistentemente y gozaba de numerosas ocasiones. Orellana, Aspas y Nolito tenían las más claras, pero no lograban materializarlas. Mientras, la Unión Deportiva trataba de sorprender a través del contraataque. De esta forma, Roque tuvo la más clara tras un brillante servicio de Araujo desde la línea de fondo, pero su disparo se marchó por encima del larguero.

Parecía que el encuentro iba entrar en una fase de ida y vuelta, hasta que Willian José perdió un balón en el centro del campo y el conjunto vigués montó una contra en la que Iago Aspas se coló en medio de los dos centrales, dejándolos en ridículo, y se plantó delante de Javi Varas que solo pudo derribarlo, cometiendo penalti. El colegiado Estrada Fernández interpretó que era el último y que evitaba una ocasión manifiesta de gol y decidió expulsarlo. Raúl entró, Orellana lo engañó, 1-0 y a remar a contracorriente.

Los amarillos quedaron noqueados por el golpe moral y, prácticamente en la siguiente acción, de peligro Nolito habilitó a Orellana, que entraba solo por la banda, y éste se plantó solo ante Raúl. El meta grancanario logró rechazar el disparo, pero Wass se encontró con el balón en el área pequeña y puso el segundo en menos de veinte minutos. Cuando la situación estaba más crítica y la goleada celeste parecía venir en camino, David Simón se empeñó en pelear un balón sin peligro en la línea de fondo y su fe le hizo arrebatárselo a Jonny para centrarla al corazón del área. Araujo le ganó la partida a Sergio y marcó el primer tanto de Las Palmas esta temporada, manteniendo viva la esperanza.

Tras un comienzo desarretado, el choque fue bajando en intensidad. Ambos equipos habían jugado a un ritmo que parecía imposible de mantener. Una vez disminuyó la velocidad, las ocasiones dejaron de producirse y la primera mitad se fue consumiendo. Ya en el descuento Orellana tuvo el tercero, pero Raúl lo impidió. Era hora de tomarse un respiro y analizar cómo darle la vuelta a la situación.

El descanso le vino mal a Las Palmas, pues en la primera acción de la reanudación, Alcaraz cometió un error infantil perdiendo la pelota delante de tres rivales y el Celta no desaprovechó el regalo. Nolito, solo ante Raúl Lizoain, volvió a ensanchar la renta haciendo el 3-1. Los fallos puntuales le estaban costando muy caro a Las Palmas en Balaídos.

El haber encajado el tercer gol tan pronto dejó a la UD aturdida como el boxeador que acaba de recibir un gancho en la cara. Y fue entonces cuando Herrera movió ficha y volvió a la formación con cinco atrás para dar más profundidad a las bandas con David Simón y Dani Castellano como carrileros. Y vaya si surtió efecto, ya que la Unión Deportiva se empezó a sentir más cómoda y la reacción estaba por llegar. La épica se inició en una falta lateral sin demasiada trascendencia. Viera centró, Alcaraz peinó y Araujo apareció en el segundo palo para recoger el balón. El argentino levantó la cabeza y centró a conciencia y con fuerza buscando que algún rival metiera la pierna y la pelota se envenenara. Y así fue, pues Pablo Hernández la envió sin querer al fondo de las redes poniendo el 3-2. Quedaba partido y la UD volvía a meterse en él.

El escenario del encuentro cambió por completo, pero el Celta no quería dejar que Las Palmas le fastidiara lo que estaba siendo una tarde plácida y se fue hacia arriba. En Balaídos no gustaba la forma que estaba tomando el partido, como un acto premonitorio a lo que ocurriría. Con los locales volcados, los amarillos montaron un contragolpe letal y Viera asistió a Simón, que definió como un nueve en estado puro, poniendo el empate en el marcador. El estadio enmudeció al ver como los de Paco Herrera en una demostración de fe y de no rendirse a pesar de las adversidades habían hecho justicia con la igualada.

El Celta de Vigo se lanzó a por la victoria. El público impacientado se desesperaba y la UD bien plantada con la línea de cinco trataba de despejar todo el peligro y, de hecho, el botín pudo ser hasta mayor, pues en un par de contragolpes Las Palmas tuvo la victoria, pero el agotamiento propició que acabaran en nada. Un empate que sabe a gloria y que invita a creer en este equipo.

Ficha técnica:

3; Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo (Bogonda, min.83), Cabral, Fontás, Jonny; Augusto Fernández, Wass; Orellana, Tucu Hernández (Guidetti, min.65), Nolito; Iago Aspas.

3; UD Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Alcaraz, Bigas, Castellano; Hernán, Culio; Roque Mesa (Aythami, min.57), William (Raúl Lizoain, min.12), Jonathan Viera (Wakaso, min.85); Araujo.

Goles: 1-0 Orellana (p), min.10; 2-0 Wass, min.17; 2-1 Araujo, min.22; 3-1 Nolito, min.48; 3-2 Pablo Hernández en propia meta, min.61; 3-3 David Simón, min.74

Árbitro: Estrada Fernández (colegio catalán). Expulsó con tarjeta roja directa a Javi Varas (min.10). Además, mostró tarjeta amarilla a por parte del Celta de Vigo, y a Alcaraz por parte de la UD Las Palmas.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la tercera jornada de la liga BBVA disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 19.048 espectadores, según anunció el club vigués.

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