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Cualidades intrínsecas

Cualidades intrínsecas

Auditorio, miércoles 9 de febrero de 2011. Festival de Música. G. F. Händel: Acis y Galatea (reorquestrada por W.A. Mozart). Intérpretes: Julia Kleiter, soprano; Colin Balzer, tenor; Markus Brutscher, tenor; Mika Kares, bajo. Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. Les Musiciens du Louvre. Marc Minkowski, director.

Javier Moreno

Jueves, 1 de enero 1970

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En la jerga del mundo del espectáculo, un bolo es una actuación en la que uno se limita a mostrar el palmito sobre el escenario confiando en que la gente sea tan estúpida como para que no se dé cuenta del timo. Esto, en la música clásica, se lleva muchísimo más de lo que se cree, y en el Festival de Música hemos sido testigos de muchos de estos especímenes. Dicho esto, hay que señalar que lo contrario de un bolo es lo que hicieron Marc Minkowski y su celebrada troupe musical: una interpretación concienzuda de una partitura muy exigente. Lo primero que hay que alabar de Minkowski es que se rodee de músicos competentes: los miembros de la orquesta del Louvre así lo atestiguan. Y del mismo nivel, si no más, es el tan desconocido como excepcional cuarteto protagonista, cuyas voces no sólo expresaron el dramatismo que contiene la partitura, sino que además encandilaron al aficionado por sus cualidades intrínsecas. O esto al menos es lo que más se comentaba a la salida del concierto y lo que se premió con una de las ovaciones más sonoras de este Festival. Vale la pena mencionar que Minkowski se dirigió al público antes del concierto para, en un inglés muy sencillo, explicar algunas características de esta partitura. En sustancia, lo que dijo fue que Händel puso el esqueleto y que Mozart le añadió la carne. Conviene mencionar, por lo excepcional del caso, que todo esto lo explicó sentado al borde del escenario sin el histrionismo y aires de superioridad que suelen mostrar los que, además de ser músicos malos, alargan el sufrimiento con una farragosa perorata sobre lo que van a destrozar. También conviene mencionar que a nadie del Festival se le ocurrió traducir lo que decía, dando por hecho que, por asistir al evento, tiene uno que saber inglés. Este error rivaliza con el que tiene lugar noche tras noche antes del comienzo de cada concierto: que una voz, tan solo español, dice que apaguemos los teléfonos móviles y nos abstengamos de hacer fotografías. El Festival da por hecho que 1) o todos los asistentes son españoles y lo de "internacional" de este festival es un cuento; o 2) solo los españoles acostumbran a dejar encendido su teléfono móvil y sacan fotos al escenario. Podemos temernos lo peor. Voces del más acá Dice Diego Richardson, sin referencia alguna a este concierto, que está harto de "tostones elaboradísimos y cultísimos (aunque quizás vacíos) y más aún de los palmeros de este tipo de cosas. La hermeneútica y el misticismo lo dejo para los que viven de eso y de confundir a la peña con palabras largas y razonamientos místicos para hacerse los cultos."

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