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Corrupción. Estalla el campo de minas

La investigación judicial abierta en Telde adquiere desde ayer una dimensión política que no estaba en el guión que habían dibujado la Policía Nacional y la Fiscalía Anticorrupción. Una vez abierta la caja de los truenos, Ciudadanos por el Cambio ha empezado a desempolvar los expedientes que ha preparado desde el mismo día en que Francisco Valido y los hermanos Reyes se hicieron con las riendas del equipo de gobierno. La amenaza del Centro Canario de marcharse del tripartito es ya cuestión menor: la primera explosión en el campo minado de La Mareta se ha producido.

Jueves, 1 de enero 1970

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1. El propio juez que instruye el caso, Javier García, lo ha admitido en privado: el caso de presuntas corrupciones en el Ayuntamiento de Telde está adquiriendo una deriva que no habían previsto ni él, ni la propia Policía Nacional ni la Fiscalía. Pese al secreto sumarial, las filtraciones son numerosas y la instrucción se alimenta más de lo que aporta la prensa que de lo que surge de las declaraciones de los detenidos. Estos, por su parte, no salen de su asombro al ver cómo se les atribuyen declaraciones que, según sus letrados, no habrían realizado.

2. Las defensas de los imputados no ocultan su malestar con todo lo que rodea el caso. No aciertan a entender cómo el secreto sumarial no impide que se conozca con todo lujo de detalles las grabaciones policiales. También detectan fuentes oficiales que filtran datos que se no se ajustan a la realidad. Ayer mismo, el interventor y esposo de María Antonia Torres, Enrique Orts, defendió que se levante el secreto sumarial para que quede constancia de que en el acta del registro realizado en su domicilio se refleja que tan sólo aparecieron unos 1.600 euros, y no los 50.000 euros que, según fuentes oficiales, sí fueron localizados. Dicha acta, sujeta al citado secreto sumarial, ya circula en los medios de comunicación y corrobora lo dicho por Orts.

3. El campo de minas ha estallado. Guillermo Reyes lo había advertido, también en privado, a todo el que quería oírle. Desde el primer día avisó que si la hoja de ruta de la Operación Faycán se encaminaba, aunque fuera colateralmente, hacia su partido, Ciudadanos por el Cambio, saldrían a relucir gestiones supuestamente irregulares del anterior mandato. Así ocurrió ayer y Reyes disparó hacia la que históricamente ha sido diana preferida: La Mareta y las decisiones del grupo de gobierno que presidió Francisco Santiago (antes Coalición Canaria y ahora Nueva Canarias).

4.Ciuca encajó con notable desagrado que en apenas 72 horas Francisco Santiago aprovechase la Operación Faycán para criticar la actuación del grupo gobernante. El domingo, en un artículo publicado en este periódico, Santiago apelaba a un proceso de regeneración política en Telde. Ayer mismo, recordaba que su partido llevaba meses denunciando supuestas irregularidades.

5. La respuesta estaba preparada y en la recámara. Era una mina ya situada bajo los pies de Nueva Canarias y sólo faltaba activar el temporizador. La revelación de que la concejala Candelaria Sánchez tiene todos los boletos para ser llamada, supuestamente como imputada, fue considerada como una declaración de guerra en toda regla. Ciuca aprovechó la debilidad del Partido Popular en Telde -una concejala en prisión y la continuidad del alcalde cuestionada en público y en privado por el Centro Canario Nacionalista- y anunció el envío de la denuncia a la Fiscalía Anticorrupción. En ese contexto fue fácil conseguir que lo que parecía una actuación de los hermanos Reyes en solitario se convirtiera rápidamente en decisión colegiada del pacto de gobierno.

6. El dossier que ahora camina rumbo a la Fiscalía Anticorrupción permitiría desempolvar los orígenes de un proyecto urbanístico-comercial rodeado de una leyenda de suposiciones que nunca se demostraron. De hecho, la Justicia cuestionó en su día el proceso urbanístico seguido, pero el fallo vino cuando el hipermercado ya estaba abierto.

7. El ventilador está en marcha y el desenlace es imprevisible. La comisión de investigación a crear en el Ayuntamiento por la Operación Faycán podría derivar en otra comisión por el caso La Mareta. La oposición, por su parte, sigue confiando en que la investigación judicial vaya más allá y termine abriendo el expediente de las permutas llevadas a cabo por el área de Urbanismo. En ese caso, el pacto de gobierno seguirá contraatacando con más dossieres. La primera mina ha estallado y otras muchas estaban conectadas. La guerra política sólo ha empezado y la Justicia va a tener mucho trabajo.

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