"Con Rosell de ministra se acaba la corrupción"
¿Qué Canarias tiene en mente Pablo Iglesias si llega al poder tras las elecciones del día 20?
Canarias tiene que ser un ejemplo para el mundo de desarrollo de las energías renovables. Tenemos un plan nacional de transición energética que tiene que hacer de nuestro país un referente de independencia frente a los combustibles fósiles. Lo que representan el sol o la energía eólica es el futuro y Canarias tiene que ser la vanguardia, porque aquí hablamos de niveles de independencia energética que pueden ser una referencia para todo el Estado. Al mismo tiempo pensamos que hay que reducir los niveles de desigualdad, que por desgracia en Canarias son demasiado altos. Creo que en Canarias la corrupción se ha vivido de manera particularmente intensa y que eso tiene que ver con un sistema productivo y con un régimen fiscal especial que no ha servido para redistribuir, que no lo han notado la mayor parte de los canarios.
Pero en Canarias siempre hemos reivindicado un trato especial para atender las singularidades de la lejanía y la insularidad. ¿Eso cabe en la España con la que sueña Podemos?
En dos niveles, por una parte la condición de ultraperiferia de Canarias no solo debe estar en las instituciones europeas, sino en la Constitución española y en las leyes. Hemos dicho muchas veces que una de las características de España es la plurinacionalidad y la diversidad, digamos que la convivencia de identidades con maneras de asentarse en el territorio muy particulares. Por desgracia hemos padecido unas tradiciones centralistas que no solo son injustas sino además muy ineficaces en términos económicos (...)
¿Qué necesidad tenía Podemos de fichar a alguien que no era del partido para la candidatura al Congreso por Las Palmas?
Eso para nosotros siempre ha sido fundamental: Podemos no quiere ser un partido político más, quiere ser un instrumento político para que los sectores de la sociedad civil y figuras de prestigio puedan entrar en la política desde su independencia (...)
¿Mantiene el apoyo a Victoria Rosell a pesar de todo lo que ha salido a la luz durante la campaña?
Por supuesto que sí. Algunos se pusieron muy nerviosos cuando dije que iba a ser mi ministra de Justicia y creo que luchar contra la corrupción a veces se paga caro y los jueces que lo han hecho se han convertido en verdaderos héroes porque el peso de las maquinarias han sido enormes. Creo que los nervios del señor Soria solo revelan que les vamos a ganar las elecciones. Hay un antes y un después del anuncio de que fuera a ser ministra de Justicia porque con una ministra así se va a acabar la corrupción, se les va a acabar la fiesta. El efecto que ha tenido ha sido el aumentar el apoyo a Podemos en Canarias y en España.
En campaña e incluso antes usted ha dicho que defiende una consulta para Cataluña aunque no apoya la independencia. En Canarias se planteó en esta legislatura una consulta sobre las prospecciones y fue rechazada. ¿La aprobaría usted si fuera presidente?
Soy siempre partidario de hacer consultas. Una democracia avanza cuando se normaliza la costumbre de consultar a la gente. Hemos dicho que el artículo de la Constitución que regula el referéndum y la ley orgánica se deberían desarrollar más. En algo tan importante como las prospecciones un gobernante responsable debería preguntar qué piensan los canarios al respecto.
En Canarias hay sobrada experiencia de que quien gana las elecciones no gobierna y que el segundo y el tercero pactan. ¿Es lo que vamos a ver a partir del 20? ¿Hay cocinado ya un pacto a tres para que no siga el PP?
En nuestra parte en ningún caso. Quienes han demostrado que se entienden muy bien son el PSOE con el PP, que reformaron juntos el artículo 135 de la Constitución y vengo del Parlamento Europeo, donde casi el 80% de las veces votan juntos. A Ciudadanos, que tienen algunas propuestas interesantes, lo hemos visto sostener quizás lo peor del PSOE en Andalucía y a lo peor del PP, el partido de la Púnica, en Madrid. Forma parte de una vieja forma de hacer política esto de hablar de sillones y de acuerdos; hay que hablar de España y de los problemas de la gente. Tenemos muy buenas sensaciones de cómo va la campaña; pensamos que podemos ganar y después habrá que ir a un escenario histórico en el que habrá que hablar con todo el mundo (...)
¿Incluye a Pedro Sánchez en ese «hablar con todo el mundo», porque una de las impresiones del debate a cuatro es que se rompió su relación con él?
La impresión que tengo es que, por desgracia y lo digo así porque el PSOE era el partido de mis abuelos y se murieron con el carnet en el bolsillo, ha demostrado un enorme contraste entre lo que dice en España y lo que después hace cuando gobierna. La gente ha empezado a notarlo y ya nadie que votar con la mano en la nariz. No les consideramos el enemigo y pienso que cuando el PSOE recibe un castigo en las urnas, a veces rectifica para bien (...)
Para los canarios Venezuela es la octava isla. Pensando en ese sentimiento, el domingo, al ver los resultados electorales en aquel país, ¿usted se instaló en la decepción o lo encajó con normalidad?
En la normalidad democrática. Cuando hay elecciones los ciudadanos eligen y creo que el mensaje ha sido muy claro: hay una notable insatisfacción con el Gobierno de Maduro igual que en otros momentos pudo haber una amplia satisfacción con el Gobierno de Chávez. Eso hay que aceptarlo con normalidad. Sí soy presidente del Gobierno, las relaciones con Venezuela, como con toda América Latina, son estratégicas.