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Cien años de servicio al barrio

Cien años de servicio al barrio

Jueves, 1 de enero 1970

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Lomo Apolinario celebra el centenario de la iglesia de San Vicente de Paúl con un programa de actos que arranca mañana, con la lectura del pregón, y se prolonga hasta noviembre. La parroquia y la asociación juvenil Ghuasa organizan el aniversario de un templo que además de un lugar de culto "es un punto de encuentro del barrio".

Pino Apolinario era una gran potentada que tenía aquí muchos terrenos y muchos trabajadores", recuerda el párroco de la iglesia de San Vicente de Paúl, Javier Barrera. Añade que a principios del pasado siglo XX "Lomo Apolinario estaba muy alejado de lo que era el núcleo de la ciudad", por lo que "ella, que era una mujer buena y quería atender a sus trabajadores espiritualmente, ideó y costeó la construcción de la iglesia". De eso han pasado cien años que ahora la parroquia y Ghuasa, la asociación juvenil del barrio, quieren recordar con un programa de actividades, que se va a desarrollar desde mañana con la lectura del pregón al 26 de noviembre, como una manera de rendir homenaje a un templo muy vinculado a la vida y desarrollo de este barrio capitalino. Su actual párroco recuerda que la bendición de la iglesia se produjo en 1916 de la mano del obispo Marquina, pero que en ese momento no tenía aún la consideración de parroquia y estaba dedicada a San Antonio Abad. "Dependía de San Lorenzo San Bernardo", apunta. Añade que la preocupación de Pino Apolinario, sin la que no se entendería el actual barrio, fue más allá de la religión, por eso también impulsó la construcción de una escuela para los hijos de sus empleados y también para niños de este y otros barrios. Tanto la escuela como la iglesia, por encargo de su promotora, pasaron a ser atendidos por los misioneros paúles, que trazaron una estrecha relación con este núcleo poblacional hasta el punto de que hoy muchas de sus calles están dedicadas a ellos en señal de agradecimiento. Barrera apunta que no sería hasta 1941 cuando el templo pasó a ser parroquia y se dedicó a San Vicente de Paúl, como se ha mantenido hasta hoy, después de "cien años fructíferos" porque los misioneros "han estado al servicio del barrio". Pero esta iglesia es algo más que un lugar de culto para los vecinos de Lomo Apolinario, como explica Aridane Navarro, responsable de la asociación juvenil Ghuasa, que se ha implicado de lleno en la organización de los actos del centenario. "La iglesia más que un templo de culto ha sido para nosotros un lugar de referencia, incluso muchas de las parejas que hoy en día son matrimonio se conocieron en la iglesia. Era un punto de encuentro del barrio, el sitio en el que nos reuníamos los jóvenes en verano", indica. Además, apunta que los vecinos del Lomo Apolinario "hemos nacido y nos hemos criado con los valores de los padres paúles y las Hijas de la Caridad". Añade que "siempre han tenido una convivencia activa" con el barrio y que "han formado parte de su día a día".

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