El consejero insular de Medio Ambiente, Juan Manuel Brito, confesó este martes que la decisión del Gobierno canario de eliminar el palmeral del Oasis del Plan de Gestión de la Zona Especial de Conservación (ZEC) de las Dunas de Maspalomas «puede ir encaminada a restar valor a la zona». Lo que no sabe es con qué intención.
Brito no ocultó ayer su sorpresa. «Me parece una decisión bastante extraña, sobre todo por el momento en que ha salido». Y aunque no cree que guarde relación, sí confesó, a preguntas de este periódico, que le parecería «desastroso», un «despropósito», que esta eliminación del palmeral tuviera algo que ver con la discrepancia surgida entre el Gobierno canario y el Cabildo sobre la conveniencia de declarar BIC todo el espacio del Oasis.
Así y todo, el consejero se mostró tajante a la hora de despejar posibles dudas y subrayar que esta medida, justificada por el Ejecutivo regional en el hecho de que la mayoría de las palmeras son datileras, y que, por tanto, no están protegidas, no le restará protección al palmeral del Oasis de Maspalomas, que está dentro de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, cuya gestión le corresponde al Cabildo de Gran Canaria.
«A efectos prácticos esta decisión del Gobierno canario de cambiar la tipificación del hábitat del Oasis en el marco de la ZEC no supone nada porque su protección está garantizada», insistía ayer Juan Manuel Brito. Y eso, dijo, es así al margen del tipo de palmera que esté presente en el hábitat. Es más, advirtió de que tampoco es que la Consejería de Política Territorial y Sostenibilidad del Ejecutivo regional «haya descubierto la pólvora». Recordó, en ese sentido, que una institución con «el prestigio científico» del Jardín Canario ya concluyó en un informe elaborado en 2015 que había un alto grado de hibridación entre las especies presentes en el palmeral y que el número de palmeras canarias era muy reducido.
«El cambio de tipificación de hábitat del Oasis, de palmeral a tarajaleda, en nada menoscaba la realidad biofísica, y hoy, como ayer, seguimos teniendo una de las joyas de la corona de la biodiversidad canaria», apuntó Brito. «No tenemos competencias para modificar esa decisión del Gobierno, pero sí las tenemos en materia de gestión sobre ese espacio y, de hecho, nuestro compromiso en este mandato pasa por asumir esa responsabilidad y acabar con la auténtica dejación en la que se incurrió en los últimos cuatro años», insistió.
Como prueba de lo que le importan a este gobierno del Cabildo el palmeral y las dunas de Maspalomas, recordó que la Consejería de Medio Ambiente ha presupuestado un gasto plurianual de 2 millones de euros para la rehabilitación del Parque Tony Gallardo, que está dentro de la reserva, y que, además, ha convocado para febrero una reunión de la Junta Rectora de la Reserva Natural Especial, en la que, aparte de renovar a los miembros tras el cambio de gobierno, se planificarán las acciones que contribuirán a frenar el deterioro de la zona y garantizar la pervivencia de los hábitats.
El consejero recalcó también que «el valor ambiental de este palmeral no solo viene dado por las palmeras que lo conforman, sino porque, sea canario o no, presta innegables servicios ambientales, como refugio para animales o como paisaje».