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EFE
Miércoles, 3 de octubre 2012, 07:58
El narcotraficante Rafael Bornia ha afirmado este martes ante la Audiencia de Las Palmas que un agente infiltrado montó la operación por la que fue detenido, un envío de dos maletas con 42,5 kilos de cocaína procedente de Venezuela que fue interceptado en noviembre de 2010 en Tenerife.
Bornia, que se enfrenta en este juicio a una pena de nueve años de prisión y a una multa de tres millones de euros, ha negado los hechos que se le imputan al igual que los otros tres procesados en el caso: Ángel Brito Santos, Domingo Gabriel Rodríguez, y Juan Espino Cruz, para quienes el fiscal pide seis, siete y ocho años de cárcel, respectivamente, y el pago de multas que suman ocho millones.
Tanto Bornia como el acusado Juan Espino, que han declinado contestar a las preguntas del fiscal, han exculpado a los acusados Ángel Brito Santos y Domingo Gabriel Rodríguez en esta primera sesión del juicio, que se ha iniciado después de que el tribunal interrumpiera la sesión para deliberar sobre las cuestiones previas formuladas por la defensas.
Uno de los letrados de la defensa llegó a pedir la suspensión del juicio por las distintas vulneraciones de los derechos de sus defendidos que, a su entender, se han producido durante la instrucción y que serán resueltas en la sentencia, según ha señalado la presidenta del tribunal, Pilar Parejo, que defendió la legalidad de la actuación del agente infiltrado y de las escuchas telefónicas, cuestionadas por los abogados.
Bornia y Espino han asegurado al tribunal que el agente infiltrado fue quien organizó la operación, tras insistirles en repetidas ocasiones que se involucraran en la trama, que primero se planeó por mar mediante un velero que tenía y después por avión.
El narcotraficante ha señalado que en enero de 2010 conoció al agente infiltrado en Barcelona, donde cumplía una condena de 12 años de prisión por tráfico de droga, aunque ya gozaba del tercer grado.
Su amigo y acusado Juan Espino le presentó al policía encubierto, ha señalado Bornia, quien ha dicho que la operación no le interesó porque en ese momento "no estaba en el tema para nada", pues además estaba pendiente de un juicio por blanqueo de capitales en la Audiencia Nacional, por el que fue condenado después a siete años de prisión y al pago de 70 millones de euros.
Según Bornia, en la tercera ocasión que volvió a ver al agente infiltrado, que fue también en Barcelona, éste le propuso introducir dos maletas con cocaína en Tenerife mediante un vuelo que hacia la ruta desde Caracas al aeropuerto de Los Rodeos, pues era un "tema seguro" porque conocía a un ahijado guardia civil que podía colaborar y que resultó ser también policía.
El principal imputado y el también acusado Juan Espino han declarado que el agente infiltrado les decía que estaba en una situación límite económicamente y que necesitaba esa operación.
En cuanto a su estancia en Tenerife el fin de semana que se desarticuló la operación, Bornia ha explicado que viajó a la isla en compañía del agente encubierto y que aprovechó para visitar al acusado y también amigo Ángel Brito Santos, a quien "tuvo la mala cabeza de saludar porque hacía muchos años que no se veían", y que por eso está sentado en el banquillo.
Espino ha señalado que ese fin de semana también estuvo en Tenerife porque iba a tratar unos asuntos relacionados con la compraventa de coches y que se hospedó en casa del acusado Domingo Gabriel Rodríguez, al que conocía porque ambos eran aficionados a la lucha canaria, si bien éste no tenía nada que ver con la operación.
Según el fiscal, las maletas con la droga fueron transportadas hasta el 5 de noviembre al aeropuerto de Tenerife Norte por cuenta de Bornia y Espino y, judicialmente, se autorizó la entrega controlada de una de las maletas el 7 de noviembre a Espino, que fue detenido cuando se la pretendía dar a Domingo Gabriel Rodríguez en el aparcamiento de un restaurante próximo a Los Rodeos, donde también se le arrestó.
La segunda maleta, según el fiscal, iba a ser trasladada a Gran Canaria por Espino y Bornia, que fue detenido ese mismo día en Barcelona.
El juicio continuará mañana con la declaración de varios policías, entre ellos el agente infiltrado, cuyo testimonio estaba previsto para este martes pero se trasladó para mañana a petición de las defensas, pues entendían que podía "contaminar" la testifical de sus compañeros.
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