Biodegradables: Materiales limpios que desaparecen por sí solos
Si bien desde todos los sectores se apuesta por la eliminación gradual de las bolsas plásticas en busca del cuidado del medio ambiente, el debate está ahora entre las oxo y las biodegradables. Éstas últimas son por las que han apostado empresas como Carrefour.
Aunque más costosas -entre tres y cuatro veces-, los fabricantes de las biodegradables defienden su producto como el único que no deja residuos de ningún tipo, además de que cuenta con una fabricación limpia, sin la utilización de productos derivados del petróleo.
Uno de los principales distribuidores de este material en las Islas es Plastpel 95, que representa a la firma Sphere, la misma que suministra a grandes superficies como Carrefour. Ellos, con sede en Fuerteventura, defienden el uso de estos materiales en lugar de los convencionales o los oxo degradables. «La oxo degradable deja pequeñas partículas tóxicas y el impacto visual desaparece, pero el daño real sigue estando ahí. Se convierte en plástico rallado. Es mucho más barata que la bio, pero está claro que el efecto no es el mismo para el ecosistema», declaró su gerente, Diego Henríquez. A su vez, encendió la luz de alarma sobre una práctica ilegal que ha detectado en las Islas. «Hay empresas que han vendido bolsas bio por oxo, engañando a los clientes. A ellos les digo que pidan los certificados y las fichas técnicas de los productos para asegurarse que están comprando estas bolsas».
El principal argumento de defensa de sus fabricantes está en que sus bolsas cuentan con la certificación EN 13432, que es la única normativa que regula las mismas a nivel internacional.
Su elaboración.
La fabricación de estos productos es más costosa que las convencionales y las oxo, pero según Henríquez, «merece la pena el gasto». Se extrae la fécula de la papa previamente modificada genéticamente. Este material contiene amilasa, una materia prima junto a la química vegetal que permite fabricar los mismos componentes que los derivados del petróleo, pero con menos impacto ambiental. Con ello, se fabrican los bioplásticos. Se presentan bajo la fórmula de gránulos, que posteriormente serán transformados por la industria del plástico para crear una variedad de productos de uso cotidiano.
En lo que respecta a su eliminación, los bioplásticos son 100% biodegradables, compostables, reciclables y reutilizables, con las ventajas para el ecosistema que ello conlleva. Además, una bolsa normal de supermercado desaparece en 180 días sin efectos contaminantes para el medio ambiente, además que aprovechando su capacidad de compostabilidad, los bioplásticos se convierten en abono para la agricultura biológica.
Una alternativa para la agricultura.
Uno de los datos en los que ha hecho especial énfasis Diego Henríquez, gerente de Plastpel 95, ha sido en la posibilidad de implantar en Canarias el cultivo de este tipo de papas específicas para su uso en la industria de los bioplásticos. Según Henríquez, «son papas genéticamente modificadas, es decir, no son las mismas que se utilizan para el consumo alimenticio. Produce de un 17 a un 21% más de almidón y podría ser una fuente importante de ingresos si se implantase su industria en las Islas. Con lo debilitado que está el sector agrario en Canarias, sería una fuente importante de ingresos». Pero hay voces contrarias sobre este aspecto, como la de Jean François Guerin, de la empresa Rodafran, que considera que estos cultivos son negativos puesto que «esquilman las tierras y acaban con el sector agrario».