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Arucas abre el primer pozo del olvido

Arucas abre el primer pozo del olvido

Jueves, 1 de enero 1970

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Arucas tiene un capítulo pendiente con los represaliados durante la Guerra Civil y sus familiares. Ese episodio se está comenzando a escribir con la búsqueda de restos humanos en el pozo del Llano de Las Brujas en Cardones. De momento, ya se han encontrado los primeros indicios de lo que allí ocurrió en marzo de 1937.

Los arqueólogos de la empresa Tibicena ya han podido analizar el perímetro de la boca del pozo, y ya han obtenido los primeros resultados de su trabajo: tres casquillos de 9 milímetros, una medalla religiosa y dos botones. Indicios que, sin duda, dan mucha más fuerza a la posibilidad de que el fondo del pozo albergue los restos de los represaliados durante la Guerra Civil. Dos de los casquillos encontrados fueron fabricados en Sevilla y corresponden a munición oficial, mientras que el otro casquillo de 9 milímetros parabelum fue producido por la Sociedad Francesa de Municiones. Eso sí, todos ellos son de producción anterior a la Guerra Civil. Los casquillos también revelan que, al menos, se dispararon dos tipos de pistola a menos de 2 metros de la boca del pozo por el lado sur, lo que posibilitaría que el impacto de la bala ayudara a los cuerpos a caer al interior del pozo. De alguna manera, estos objetos, que han servido para reconstruir lo sucedido, presagian el hallazgo de restos humanos en los próximos meses.

La próxima parada de estos objetos será el museo y parque Arqueológico de Cueva Pintada de Gáldar para proceder a la limpieza de los mismos. La munición se enviará al Servicio Criminalista de la Guardia Civil. En torno al 19 de marzo de 1937, más de 88 personas desaparecieron de sus hogares sin que se volviera a saber de ellos. Se tienen indicios de que ciudadanos de Arucas, Gáldar e incluso de Agaete pudieron acabar en el fondo de alguno de los cuatro pozos que se utilizaron en Arucas para arrojar a las víctimas. A parte del Llano de las Brujas, podrían encontrarse restos humanos en los pozos: de la Vuelta del Francés, el del puente del barranco de Arucas y el del puente de Tenoya. Tradición oral

Las referencias bibliográficas y la tradición oral han jugado un papel importante en la labor recopilatoria de la Asociación para la recuperación de la Memoria Histórica de Arucas (AMHA). Gracias a ellas han conocido como en los tres días fatídicos secuestraron a decenas de personas de las que luego no se supo más. Un testigo asegura que, contando con 7 u 8 años, advirtió de madrugada los destellos de los disparos. Francisco Santana Travieso espera encontrar los restos de su padre después de setenta años. Le han llegado distintas versiones sobre el paradero de sus restos ya que unos lo ubican en el Llano de las Brujas y otros en el pozo del puente de Arucas. Sea como sea, Travieso sólo quiere recuperar el cuerpo de su antepasado sin guardar ningún tipo de rencor.

El trabajo paso por paso

Los trabajos de limpieza en la finca en la que se encuentra el pozo del Llano de las Brujas se iniciaron el 16 de junio. Dos días más tarde, el 18 de junio, la empresa Tibicena iniciaba la excavación arqueológica en los alrededores del pozo. Desde esas mismas fechas, el profesor de Genética de la Univerdidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Juan Pestano, y su equipo proceden a la extracción de muestras de ADN a los familiares de cada desaparecido (dos por línea materna y dos por línea paterna). Éste es el primer paso para crear la base de datos de familiares.

Pestano espera que los primeros restos humanos extraídos puedan analizarse a partir de septiembre u octubre. Pero antes de que los arqueólogos puedan adentrarse en el interior del pozo, se emprenderán las obras de ingeniería necesarias para facilitarles el acceso, garantizándoles todas las medidas de seguridad. El director de la obra, Rafael Peinado, estima que la obra de ingeniería estará terminada en mes y medio. Una vez los arqueólogos puedan emprender su trabajo, los restos humanos hallados en el pozo pasarán a manos del equipo de genética para contrastar los datos de ADN con la base de datos de los familiares para identificar cada uno de los cuerpos encontrados.

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