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María José Pallarés
Jueves, 1 de enero 1970
En playa de Arinaga, en el municipio grancanario de Agúimes, el invierno se convierte en territorio alemán. El censo de la comunidad se ha multiplicado por cinco en solo 10 años, unos turistas en buena parte jubilados, que llegan huyendo del frío y atraídos por la tranquilidad, clima y servicios.
En 2003 había empadronados en la playa de Arinaga 37 ciudadanos europeos de nacionalidad alemana. Esta cifra subió hasta los 99 en 2008; a los 111 en 209; y ya en 2013, a los 170. Huir de un clima con temperaturas bajo cero, vivir en la playa, residir en un pueblo tranquilo, bonito y pesquero, los buenos servicios con los que está dotada la zona, y en los últimos años, la compra de vivienda por la caída de precios, han sido un reclamo más que suficiente para que la comunidad de germanos empadronados, en buena parte jubilados, se haya disparado de esta forma en estos diez años en Arinaga. De hecho, de los 292 residentes en Agüimes de nacionalidad alemana, del total de 9.572 con los que cuenta el municipio, solo 122 viven fuera del núcleo poblacional costero.
La comunidad germana que elige Arinaga representa una buena porción del total de empadronados en el municipio, y la fracción de población más joven ha pegado un gran tirón y es la más numerosa con el 25% del total. Según datos facilitados por Estadística de Agüimes, de los 170 alemanes, 43 tienen entre 1 y 39 años (25%); otros 33, entre 40 y 49 años (19%); 32, entre 50 y los 59 años (18,8%); otros 26, entre 60 y 69 años (15%); 31 tienen entre 70 y 79 años (18%) y finalmente, 5 están en la franja entre 80 y 100 años (2,9%). Es decir, el 55% tiene más de 50 años, aunque la población encuadrada hasta los 49 años crece.
El alcalde de Agüimes, Antonio Morales, manifestó que el colectivo germano representa un beneficio para este núcleo residencial y valoró que elijan como destino turístico como segunda residencia un lugar con grandes atractivos como los de Arinaga. No obstante, alertó de que con la bajada de precios en el mercado inmobiliario, en lugar de rentar, los germanos estén adquiriendo las viviendas que hasta ahora alquilaban a los propietarios, que cuentan con esta renta anual para sus economías familiares.
Fe de vida. El Ayuntamiento de Agüimes recibe desde la Administración alemana requerimientos de Fe de Vida de los residentes germanos empadronados en el municipio, «para constatar que siguen con vida y poder seguir cobrando su pensión», explican fuentes municipales.
Ahorradores y 1.600 de pensión de media. Walter y Heidi Restle, de 72 y 61 años, respectivamente, son de Stuttgart y desde hace 15 años eligieron Arinaga como segunda residencia desde septiembre a abril. Es uno de los matrimonios alemanes más integrados con la población local y les encanta ir de excursiones, al mercadillo de San Mateo, y se «han pateado ésta y otras islas como La Palma», comenta Heidi. Su marido está jubilado y cobra unos 600 euros mensuales que le pagan tras su vida laboral como autónomo, «aunque una renta media de un jubilado en Alemania es de 1.600 euros», apostilla Walter. Ella, que ahorra para su pensión desde hace 15 años, recibirá la misma cantidad que su marido cuando se jubile. Sus hijos y nietos vienen a visitarlos y se quedan en la casa que adquirieron casi desde que llegaron.
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