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Antonio Garzón: "El destino ha envejecido, la crisis no es estructural"

Antonio Garzón: "El destino ha envejecido, la crisis no es estructural"

Jueves, 1 de enero 1970

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Antonio Garzón considera que la ley de medidas urgentes sigue frenando la rehabilitación de la oferta obsoleta. Este profesional del turismo, ligado al grupo Lopesan, advierte de que el consorcio de maspalomas debe "despolitizarse" porque "el destino no admite dilaciones".

¿Qué tiene que pasar en Canarias para que se dé el paso hacia la reconversión turística? Ahora se discute más sobre turismo que en los últimos años. En los últimos meses ha crecido la concienciación y la preocupación por la mejora de la competitividad del destino. Es un paso importante, aunque ahora hace falta que esas buenas intenciones se transformen en acciones.

De momento, el Consorcio de Rehabilitación Turística de Maspalomas, la gran esperanza del sector en Gran Canaria, sigue siendo poco más que eso, un buen puñado de buenas intenciones. Y ya se ha agotado otra legislatura... Es cierto que no hay aún ningún proyecto terminado amparado en el Consorcio, aunque se han comenzado algunos. Todos esperábamos más, pero al menos ha generado un cambio de actitud. Se plantean objetivos alcanzables, y concretos, mientras que hasta ahora se planificaban obras faraónicas, inviables. Lo que está claro es que hay que despolitizar el Consorcio, porque el destino no admite más dilaciones. Si no, habrá que cambiarle el nombre por el de consorcio de rehabilitación residencial [se refiere a la pérdida de plazas turísticas]. El año que viene va a haber una competencia muy dura cuando se estabilice la situación en el norte de África. El Consorcio es el revulsivo que necesitan los empresarios para acometer la rehabilitación de la oferta de alojamiento obsoleta.

¿Coincide con la patronal en que la moratoria turística impulsada por el Gobierno canario a principios de la década de 2000 frenó la modernización de la planta hotelera en islas como Gran Canaria? Totalmente. Cuando en 2003 entró en vigor la Ley de Directrices, la primera moratoria, Tenerife contaba con casi 70.000 camas hoteleras, casi el doble que Gran Canaria. Frenó el crecimiento de las camas cuando la demanda iba hacia el segmento hotelero. El que tiene más camas hoteleras, tiene más ventaja. Es innegable.

La Ley de Medidas Urgentes de 2009 pretendía corregir errores e impulsar la renovación turística... En mayo se cumplieron dos años desde la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes, y en este periodo no se ha materializado ni un solo proyecto acogiéndose a sus teóricas ventajas. Hay proyectos , pero lo que va a impulsar la rehabilitación de la planta no va a ser esta ley, sino la rehabilitación de las infraestructuras, de los espacios públicos, y las perspectivas turísticas.

¿En qué ha fallado este nuevo intento de legislar para garantizar un desarrollo sostenible? La ley es muy compleja. No anima a los empresarios a invertir en una aventura con final incierto, sin garantías de que sea rentable, sobre todo en el caso de los complejos extrahoteleros, atomizados en muchas comunidades de propietarios. En teoría permite a un inversor tirar abajo un complejo y construir en otro sitio con más capacidad. En Fuerteventura una cadena hizo una propuesta y no fue aceptada. La otra posibilidad que ofrece, renovar y ampliar la categoría y de paso el número de camas, choca con otra normativa, la que limita los metros cuadrados por cama. Se da la paradoja de que en Playa del Inglés, prácticamente ningún complejo podría expandirse en camas, que es de lo que se trata. Ahora quien tiene suelo clasificado para la urbanización turística, sólo puede construir un hotel cinco estrellas de gran lujo, y con la exigencia de que tenga carácter de hotel escuela. Son unos parámetros muy restrictivos. Y es un segmento muy complicado. Tanto que no se ha presentado ni un sólo proyecto.

¿Pero cuál es la alternativa a la moratoria? ¿Que el mercado marque el crecimiento de la oferta en un territorio limitado como el del Archipiélago? La ley de Medidas Urgentes frena totalmente el crecimiento porque salvo algunas excepciones, mantiene la prohibición de clasificación de nuevo suelo turístico hasta 2012. Hay que sustituirla por una normativa de calidad, que permita el crecimiento económico, pero cualitativamente controlado. Y la rehabilitación de la planta obsoleta vendrá cuando el empresario vea rentabilidad. Se puede plantear, por ejemplo, que la ley exija aumentar a 70 metros cuadrados la superficie mínima de un apartamento. Es sólo una propuesta de las muchas posibles que garantizaría un crecimiento sostenible.

El presidente del gobierno de Canarias prometió un millón de turistas más este año, sobre todo gracias a las bonificaciones de las tasas aéreas. Pero, ¿es sostenible una recuperación basada en las ayudas? Da la sensación de que hubo cierta improvisación en la decisión de reducir las tasas aéreas solo en base al crecimiento de las plazas, una medida que ha beneficiado a aerolíneas de bajo coste, y sobre todo a Ryanair, en detrimento de las aerolíneas que han apostado durante décadas por Canarias. Parece que cuanto menos fue una decisión apresurada. Ese millón de turistas de más iba a venir de todas maneras, pero por la recuperación de los mercados emisores y no por la reducción de las tasas, aunque haya ayudado algo. En realidad se ha producido un trasvase de viajeros de las aerolíneas tradicionales a las de low cost.

Las aerolíneas tradicionales advierten de que no pueden competir con la agresividad de los precios del bajo coste. ¿Que le espera a Canarias si aumenta la dependencia del low cost? No estoy en contra de las aerolíneas de bajo coste. Sí me opongo a que se rompa el equilibrio. Lo peor que puede pasar es que las aerolíneas tradicionales y los turoperadores empiecen a reducir capacidades aéreas porque no pueden competir con el bajo coste. Ya está pasando. Se debería impulsar un pacto que evite esta abrumadora diferencia a favor de compañías de bajo coste como Ryanair, que por su estructura, tienen capacidad para crecer rápidamente, pero también pueden irse con la misma rapidez si en otro destino les ofrecen más ventajas. Ya lo han hecho en otros aeropuertos españoles, y lo mismo nos puede pasar a nosotros.

El Gobierno canario trata de corregir este efecto perverso, y reclama al Ejecutivo central una rebaja de tasas aéreas permanente, de la que se beneficien todos... Sería más justo. La oferta de las aerolíneas tradicionales y de los chárter va atada a cupos de camas en el destino, a través de los turoperadores. Y detrás hay un apoyo de muchos años a las Islas. También es cierto que antes hemos sufrido una especie de chantaje de los grandes turoperadores, pero casi es peor el que ejercen ahora alguna aerolínea de bajo coste.

¿Estamos pagando el precio de la sobreoferta de camas en las Islas? En Canarias sufrimos una crisis de envejecimiento. No es estructural. La planta de alojamiento, las infraestructuras y los conceptos vacacionales necesitan una rehabilitación. En 1985 sí existió una sobreoferta de camas. Ahora no, la única sobreoferta es la de camas obsoletas.

¿Qué retos afronta el destino canario? Hay que intervenir para recuperar la pérdida de competitividad del destino que han provocado la intervención administrativa, y la falta de rehabilitación de las infraestructuras. También tenemos que impulsar el ocio complementario, el desarrollo de los productos turísticos y de la innovación alojativa.

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