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Alertan de la reaparición de enfermedades si se relaja la vacunación

Alertan de la reaparición de enfermedades si se relaja la vacunación

EFE

Jueves, 1 de enero 1970

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Varias sociedades y asociaciones científicas han alertado este martes de la posibilidad de que enfermedades que en la actualidad son prácticamente inexistentes puedan reaparecer si la vacunación para prevenirlas se relaja, tal como ha sucedido con el sarampión.

Con el fin de advertir sobre este peligro, dieciocho sociedades científicas han consensuado el documento "Hablemos de la vacunas desde la ciencia y el conocimiento", ha informado el director general de Salud Pública del Gobierno de Canarias, José Díaz-Flores.

Esta iniciativa pretende frenar la desinformación creciente originada por voces críticas que ponen en duda el papel de las vacunas y siembran dudas sobre ellas, lo que puede propiciar una reaparición de enfermedades hasta ahora controladas.

Así, por ejemplo, el sarampión estaba bajo control, pero después de que algunas informaciones atribuyeran a la vacuna para evitarlo algunos efectos secundarios, en los últimos dos o tres años se han producido algunos brotes de la enfermedad, ha indicado Díaz-Flores durante una rueda de prensa.

En 1998, la revista "Lancet" publicó un artículo de Wakefield que relacionaba la vacuna del sarampión con la aparición de autismo, temor que todavía hoy sigue vigente a pesar de que su principal autor fue inhabilitado para el ejercicio de la medicina por la falsedad empleada.

Los brotes de sarampión salpican numerosos países, incluso en áreas donde se consideraba eliminado desde hacía años, destaca el documento "Hablemos de la vacunas desde la ciencia y el conocimiento".

Para evitar estos brotes se necesitan altas tasas de cobertura vacunal en la población, pero los cada vez más frecuentes movimientos antivacunas han producido su descenso, con lo cual se acumulan bolsas de población susceptible que facilitan la aparición de estos brotes y la muerte de niños por una enfermedad que hace tiempo se podría haber eliminado, asegura el documento.

En los primeros nueve meses de 2011, se notificaron más de 28.000 casos de sarampión en Europa, la mayoría de ellos en cinco países occidentales: Francia, España, Alemania, Italia y Rumanía.

Se han notificado al menos ocho muertes (seis en Francia, una en Alemania y otra en Rumanía) y 22 encefalitis, y el 32 por ciento de los casos han requerido hospitalización.

Los beneficios de las vacunas están comprobados y entre la comunidad científica no hay ninguna duda sobre su necesidad, así como sobre su rentabilidad entre coste y eficacia, ha indicado Díaz-Flores.

Los médicos aseguran que sólo a las vacunas pueden atribuirse los cambios habidos en pocos años en la incidencia de enfermedades tales como la poliomielitis, la difteria, el tétanos, la tos ferina, el sarampión, la parotiditis, la rubéola, la rubéola congénita y las producidas por Haemophilus influenzae tipo b y el meningococo C.

La mayoría de ellas han sufrido descensos entre el 95 por ciento y el 100 por ciento en su incidencia, según el documento "Hablemos de la vacunas desde la ciencia y el conocimiento".

Ha habido países que han relajado la vacunación y, en un exceso de optimismo, han considerado la enfermedad erradicada, lo que ha provocado su reaparición, como sucedió en Gran Bretaña con la tos ferina.

El hecho de que apenas se vean casos de enfermedades gracias a la vacunación ha contribuido a que se baje la guardia, lo que unido a las críticas sin fundamento científico sobre las vacunas, predispone a la posibilidad de que puedan reaparecer, según el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García.

A pesar de este riesgo, los canarios continúan confiando en las vacunas y más del 95 por ciento de los niños cumplen el calendario de vacunación, ha destacado Díaz-Flores.

Actualmente la mortalidad infantil en Canarias es de 4 casos por mil nacidos vivos, una de las mejores tasas de Europa, mientras hace 50 años podía llegar al 20 por mil nacidos vivos.

Las vacunas han evitado secuelas físicas que hace décadas eran fácilmente observables entre los niños, como las derivadas de la poliomelitis, por ejemplo.

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