Al Sultan y Möller imponen su ley

Sigue el Ironman de Lanzarote en su línea de crecimiento. Unos 1.800 participantes se tiraron en la mañana de ayer sábado al agua, en Playa Grande, para hacer los 3.8 kilómetros de natación mientras llovía, algo inusual en esta época, pero al salir del agua seguía lloviendo y este factor perjudicó a los participantes que esperaban un día soleado. Por suerte el sol apareció en los últimos compases del ciclismo y en el trayecto de carrera a pie, y los espectadores que acudieron en masa como es habitual a la prueba lanzaroteña pudieron disfrutar del mejor Ironman de Europa y uno de los mejores del mundo. Faris Al Sultan, ganador del Ironman de Hawái en 2005, demostró desde un principio sus aspiraciones de triunfo, eso unido a su mentalidad ganadora, han facilitado su triunfo antes unos duros rivales. El germano lo pasó mal en los últimos 30 kilómetros, cosa natural en estos hombres de hierro curtidos en mil batallas, pero la mentalidad ganadora del alemán, le hizo superar todos los inconvenientes y seguir adelante para completar los restantes 12 kilómetros. Salió primero del agua, después de nadar 3,8 kilómetros, y eso le dio la suficiente moral para emprender el segmento de ciclismo, manteniendo el tipo y logrando el cuarto mejor parcial en el que el mejor fue Bert Jammaer, ganador en las ediciones de 2010 y 2011. El segmento de carrera a pie, con el cansancio acumulado, y el sol que hizo su aparición, pusieron a prueba la capacidad de sufrimiento de alemán, de padre iraquí y madre germana, curtido en mil batallas a sus 35 años, la edad ideal de un triatleta de larga distancia, para hacer el segundo mejor tiempo por detrás del español Miquel Blanchart, que ayer maravilló con su segundo puesto. Bert Jammaer tendrá que esperar a mejor ocasión, ya que en esta ocasión solo pudo ser quinto al final. La entrada en meta, como siempre apoteósica, fue impresionante, pero una vez pasada la meta, la fatiga hizo su aparición para demostrar que los hombres de hierro también sufren los rigores del esfuerzo. Necesitó de unos minutos para recuperarse, para volver atrás y saludar al público, que lo quería saludar de nuevo. Su tiempo en meta fue de 8 horas 42 minutos 42 segundos. El catalán Miguel Blanchart, fue segundo realizando una excelente remontada, rematando la faena en el maratón con el mejor tiempo, de 2 h.54.20, totalizando 8 h. 52.09. Tercero sería el estonio Kirill Kotsegarov con 9 h. 04.10. Mientras, por fin, el británico Philip Graves en sus tres participaciones en esta prueba ha logrado finalizarla y lo que es mejor en el cuarto puesto con un tiempo de 9 h. 04.18, por eso su alegría al finalizar y el abrazo muy sentido con el director de La Santa, Niels Feerup. El segundo español fue Diego Paredes con 9 h. 28.27 en el puesto décimo y el tercero Álvaro Velázquez con 9 h.31.14. La marca de Faris Al Sultan es la tercer mejor de toda la historia, solo superada por las logradas por Timo Brach y el español Eneko Llanos con 8 h.30.34 y 8 h.37.43 , respectivamente.

En la prueba de las féminas, la pequeña pero grande, la alemana Kristin Möller tomó la determinación de que nada mejor que venir a competir a Lanzarote, consiguiendo la victoria. Dominó todos los segmentos, totalizando 9 horas 37 minutos 35 segundos, con una suficiente ventaja sobre la segunda clasificada la holandesa Helen Bij de Vaate con 10 h. 09 31, que el pasado año fue tercera. La española Saleta Castro, que realizaba en Lanzarote el tercer Ironman de su carrera, ha completado el podio con un tercer puesto muy trabajado, brillante, pero con una gran regularidad, siendo tercera en natación , segunda en ciclismo y segunda en carrera. Sumó un tiempo total de 10 h.14.28. La segunda española sería la lanzaroteña del Club Playa Grande Titanes, Tamar González, que contó con el apoyo de su público, entrando el puesto 15º de la general con 11 h. 21.16. En esta categoría hubo que lamentar la retirada de una de las favoritas, Bella Bayliss, que se había preparado concienzudamente para la prueba, pero bien es cierto que no tuvo su día, y ya en el segmento de ciclismo había perdido mucha ventaja con respecto a las favoritas.

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