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Lleno garantizado para recibir a un grande, a uno de los siempre favoritos a ganar cualquier título que dispute, al Madrid de los NBA Serge Ibaka y Rudy Fernández, de Felipe Reyes, Llull, Sergio Rodríguez, Carlos Suárez y, sobre todo, de Carroll.
Regresa el exescolta claretiano a la guarida que lo dio a conocer. Aquí vivió jornadas históricas. Aquí firmó dos temporadas seguidas el título de máximo anotador de la mejor liga de Europa, aquí, en definitiva, fraguó su fichaje por el Real Madrid.
Habrá ovación de lujo para el de Wyoming el día que regresa al CID con una camiseta diferente a la amarilla, esa que defendió fielmente desde el primer segundo. Luego, será un enemigo más.
Porque si en tiempos pasados hubo tiempo para disfrutar de la calidad de Carroll, esta tarde toca sufrir las excelencias del escolta y las de un Real Madrid sencillamente espectacular, y que además llega espoleado por un triunfo de calidad en la Euroliga ante el Armani Milán.
Enfrente se topará esa gran escuadra blanca con un Gran Canaria 2014 con sensaciones muy diferentes. Le está costando más de lo esperado arrancar al conjunto amarillo esta temporada. Con solo un triunfo en su haber y tres derrotas, navega el Granca en tierra que no acostumbra (es penúltimo, solo mejor que un Lagun Aro que no conoce aún la victoria).
Doble motivación por lo tanto para los de Pedro Martínez. Si ya por sí sola la visita del Madrid siempre es sinónimo de multiplicar ganas y rendimientos, enderezar el rumbo ante uno de los grandes siempre son triunfos que se agradecen doblemente.
Para ponerlo todo más difícil aún, llegará a la cita tocado su máximo artillero, Marquez Haynez. El escolta se ha perdido las últimas sesiones por culpa de una contusión en su tobillo izquierdo y, en caso de que pueda jugar, lo hará mermado.
Sí que contará el Gran Canaria para intentar tumbar a un blanco más perfecto que nunca, además del resto de su plantel (con especial protagonismo para el dúo madrileño Bellas/Beirán) con el aliento de sus fieles, que se dejarán la garganta como siempre, y aún más, en un CID que siempre suele bordarlo en las ocasiones especiales, como lo es la de esta tarde.
Pero nada de lo que pase en la grada podrá valer de mucho si los guerreros amarillos no están también a la altura sobre el parquet. Porque si hay una mejor ocasión para exprimir el máximo rendimiento individual y colectivo, esa es hoy.
Imposible tumbar al Madrid sin rayar a la mejor altura defensiva; sin estar afinado en labores ofensivas; sin, en definitiva, ser ese Gran Canaria que multiplica sus excelencias en citas como la de esta tarde. Porque hoy puede ser otro gran día en el Centro Insular. Porque como muy bien señala Carroll, «en el CID sientes que puedes ganarle a cualquiera». Incluso al mejor Madrid.
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