La Carlota, un mundo de sensaciones en cada bocado

Con una carta en la que conviven las propuestas más irresistibles del street food perfectamente versionado, como con unos auténticos y artesanales patacones, hasta un plato tan tradicional y delicado como unas carrilleras ibéricas con batata y mojo hervido. Y todo, desde la visión de José, cuyo punto de partida y de llegada se encuentra en la búsqueda constante del equilibrio entre ingredientes, texturas y sensaciones que, sin duda, sorprenden al comensal.

Si acude por primera vez a La Carlota, probar su ensaladilla es casi una obligación, batata, langostinos, bacalao y mayonesa de piquillos, en textura arrebatadoramente cremosa será la mejor manera de subirse a un viaje trepidante de sabores, pero, con calma, la experiencia no habrá hecho más que despegar.

También se convierte en indispensable una primera escala en sus fuera de carta y si le ofrecen patacones de langostinos acevichados con mayonesa picante y coronados con brotes frescos de cilantro, será capaz de sentir el equilibrio perfecto entre el dulzor, el ácido y la frescura de sabores tropicales. Tenga en cuenta que los patacones, una base de plátano macho, se elaboran en la cocina de La Carlota, alejándose y mucho de los sabores prefabricados.

Y otro fuera de carta con la particular visión de La Carlota como pasaporte, son los tacos; cochino negro canario, cebolla encurtida, mayonesa picante y brotes de cilantro, rellenan una tortilla crujiente. Adelantamos que, tras esta parada, le sería complicado retomar la marcha. Querrá quedarse en territorio de sabores y texturas sorprendentes.

Que Jose se formara en una de las mejores escuelas de Barcelona y que, la estrecha relación que le une a su familia, en especial a su hermana, la famosa tenista canaria Carla Suárez, se traduce en todas y cada una de sus creaciones. Los viajes alrededor del mundo, acompañando y apoyando a Carla han dado como fruto, que, platos como el tartar de salmón, se inspiren en rincones del planeta y que, los afortunados comensales podamos viajar al probarlo. Sin temor a equivocarnos, en La Carlota se hace uno de los mejores tartar de salmón en Gran Canaria. Sin duda. Además, hiper adictivo.

La penúltima parada, la cocina llena de tradición de La Carlota, sin perder en el mapa la personalidad de nuestro guía y chef. Las carrilleras harán de pasaporte a los sabores más tradicionales como fondo, pero sin dejar de marcar en la brújula, toda la personalidad, de La Carlota, a veces explosiva, a veces atrevida, a veces canalla, pero siempre exquisita; a veces nativa, a veces cosmopolita.

El secreto a baja temperatura con sus papas arrugadas y la deliciosa y delicada salsa de listán negro, es otra de las grandes elaboraciones ante las que recrearse. Textura, intensidad y mucho sabor.

Mucho nos cabe destacar de la carta de La Carlota pero sus postres son el mejor visado para hacer que queramos volver, una y otra vez. Su tarta de queso semicurado de Gran Canaria es una de las favoritas por todos en nuestra isla, pero es que no puede dejar para otro momento la torrija con helado de manzana verde. Exquisito bocado de textura fabulosa. Tan delicada y asombrosa a la vez, que probarla es la única manera de saber de qué se trata.

La sala y el ambiente en La Carlota suman a la magia de esta experiencia. A igual que ocurre con cada uno de sus platos, los rincones, los colores y la extraordinaria barra, conviven en perfecta armonía, en un delicado y exclusivo equilibrio.

Si acude por primera vez que, ya sabemos que no será la última, no deje de reservar dentro, aunque disponen de una cómoda terraza, porque este viaje que le llevará a conocerla, desde su sala se hace aún, si cabe, más placentero.

La despedida será un hasta la próxima y, sabemos también que, como todos los viajes que resultan fabulosos, marcará en su mapa gastronómico el territorio de La Carlota para siempre.