El Bo-Guachinche que reinterpreta los sabores más típicos de los canarios
La Buchua, situada en la calle Secretario Padilla 72, ha llegado pisando fuerte a Las Canteras con identidad y alma propia
A un paso de la playa de Las Canteras, ha abierto un nuevo concepto gastronómico,un Bo-Guanchinche como a sus dueños, Nauzet y su mujer, les gusta llamar. Él de la isla redonda y ella tinerfeña, han encontrado el equilibrio perfecto para fusionar la cultura gastronómica de ambas en este local.
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Ninguno de los dos tenía intención de dedicarse a la restauración ya que sus profesiones no podían estar más lejos de la realidad actual. Nauzet, formado en publicidad, diseño gráfico e interiorismo y su mujer, artista.
Fue hace siete años cuando comenzaron en este sector con su primer proyecto, nada parecido a este, ya que se trata de un restaurante fusión coreano-japonés ubicado en Tomás Morales asociados con una amiga de ambos con raíces coreanas, quien ha sido siempre la encargada de guiarles en sus elaboraciones.
Debido al éxito de su primer restaurante, no dudaron que era el momento de lanzarse con otro un poco más personal, ya que soñaban con poder reinventar la idea de un bochinche en el centro de la ciudad. Ya que cada uno tiene sus orígenes en las dos islas capitalinas y en cada una se tiene un nombre e idea diferente de estos, coincidieron en hacer una fusión y convertirlo en un Bo-Guachinche, el cual lleva abierto apenas tres meses y ya tiene un gran éxito. Con ello, han querido rendir homenaje a la comida canaria pero con un toque asiático y moderno.
El lugar en dónde se sitúan les vino como anillo al dedo, ya que consideraban que esta zona de Las Canteras carecía de una oferta gastronómica como la suya. De esta manera, representan el orgullo de su identidad inspirado en los bochinches tradicionales pero con una estética moderna y playera.
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Una de sus ideas más especiales y que tienen en mente desde que abrieron es que no solo querían ofrecer comida a sus clientes, sino también una experiencia que vaya más allá. Para ello, quieren apostar por un proyecto para promover el arte joven canario y así poner en valor lo local con un enfoque artístico y creativo. Su idea es introducir música, arte, pintura y talleres y así tener también un lugar donde no solo comer bien a un precio competitivo si no también disfrutar del mar, la cultura y la modernidad en lo que ellos ya llaman como «bochinche playero».
A pesar de estar ubicados en uno de los emplazamientos más turísticos de la isla, confiesa que son los locales los que más acuden a probar su comida, aunque eso no quita que siempre reciban algún turista, interesado en probar alguno de los platos más famosos de la isla que visita.
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Nauzet cuenta cómo los bochinches surgieron a raíz del vino canario como base del concepto, en los que se fue incorporando comida para hacerlos más rentables. Ellos no iban a ser menos, por lo que disponen de una selección de vinos del archipiélago, procedentes de pequeñas bodegas como Santa Úrsula o Tacoronte. Apuestan por producciones reducidas y denominaciones de origen por lo que solo disponen de un mismo vino durante tres o cuatro meses hasta que la producción se agota.
La mayoría de materias primas son productos de kilómetro 0 como frutas, verduras, pescado, calamar, batata de Lanzarote, etc. Así, el 90% de sus proveedores son empresas canarias y consiguen la combinación perfecta entre productos de Gran Canaria y Tenerife. Aunque no solo eso, si no que también trabajan con marcas canarias tan representativas como Tirma, Clipper y Arehucas.
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Para lograr la fusión gastronómica entre islas con la que soñaban al abrir han reinventado algunos platos que adquieren matices diferentes entre islas, añadiendo un poco de cada una. De este modo, su intención es ir incorporando platos representativos de otras islas, pero para ello, dice, requieren de asentarse y formarse para poder representarlos con rigurosidad.
Otra de sus grandes propuestas y que está teniendo mucho éxito es la oferta de bocadillos de calidad para llevar a la playa, lo que ellos llaman «packs playeros», entre los que destacan calamares, tacos de pescado, de cerdo, etc. Estos, están inspirados en La Buchua, como su propio nombre indica, una paloma que come sin parar. «Obviamente sí que hay sitios en Las Canteras que ofrecen bocadillos para comer en la playa, pero no son ni de este tamaño ni de esta calidad», admite Nauzet.
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Tanto ha sido su éxito que desde hace tres meses venden una media de 50-60 bocadillos al día. No solo los bocadillos pueden prepararse para comer entre arena y sol, también cualquiera de los platos de su carta. Y aunque todavía hay que ir a recogerlo al restaurante, ya están trabajando en el formato delivery que esperan poder tener funcionando antes de Navidad.
Selección de lo mejor de La Buchua
Tacos de pescado
Crujientes, ligeros y adictivos. Los tacos de pescado se elaboran con una masa orly de inspiración francesa, logrando una textura que recuerda a un churro recién hecho. Un bocado marino con alma de playa, pensado para comerse con las manos y saborearse con calma, mirando al mar.
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Ensaladilla de gambón
La tradicional ensaladilla canaria se transforma en un plato de contraste y color. El gambón sustituye al atún y se acompaña de chips de wonton asiático, que aportan un crujido inesperado y divertido. Una fusión que resume la filosofía de la casa: respeto por el origen y libertad para reinventar.
Papas arrugás con rulo de cabra
Las papas arrugás, icono de la gastronomía canaria, llegan con una vuelta de tuerca: se sirven con un rulo de queso de cabra fundido a la plancha, que aporta cremosidad y un toque ahumado. Tradición, sencillez y técnica conviven en un plato que se disfruta con todos los sentidos.
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Carne fiesta
El clásico festivo por excelencia aparece aquí adobado al estilo tinerfeño, pero servido con una mayonesa de mojo rojo y una ensalada fresca que aligera el conjunto. Un homenaje al espíritu de las romerías y los domingos familiares, pasado por el tamiz del diseño y la creatividad culinaria.
Garbanzada picante
Una receta que refleja el mestizaje de La Buchua. La base es una garbanzada canaria, pero el toque final lo aportan especias coreanas, que despiertan el paladar y le dan una personalidad atrevida. El resultado: un guiso con raíces profundas y una mirada cosmopolita.
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Ensalada reinterpretada
Servida en frascos de cóctel, esta ensalada juega con las texturas y el color. Tomate aliñado, cebolla encurtida, queso tierno y pepino componen un mosaico visual y gustativo que se agita en mesa para mezclar los sabores de las verduras y salsas. Una versión fresca, ligera y contemporánea de uno de los platos más sencillos.
Un toque dulce con el «polvito Cubanito»
El broche dulce es una declaración de intenciones. El «Polvito Cubanito» reinterpreta el clásico «polvito uruguayo» con una versión rosa elaborada con galleta Bandama. Una mezcla de nostalgia, humor y estética pop que resume el espíritu juguetón de La Buchúa.
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Este Bo-Guachinche es mucho más que un restaurante, es un manifiesto gastronómico que une tradición y modernidad, arte y sabor, creando un lenguaje propio. Aquí, la canariedad se come, se escucha y se mira en cada plato, en el diseño del espacio y en la música que acompaña el servicio. Es una propuesta con identidad, arraigo y espíritu creativo, que celebra el mestizaje cultural de las islas y su capacidad infinita de reinventarse sin perder su esencia.
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