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Buñuel, con Carol Bouquet y Ángela Molina en el rodaje. C7
De primer plato, cine

Los últimos huevos con trufa de Buñuel

Cine, mesa y copa ·

La buena comida y el vino siempre tuvieron un hueco en las películas del cineasta aragonés

N. Solo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 21 de octubre 2024, 00:28

Que Luis Buñuel fue uno de los grandes del cine español y mundial no lo discute casi nadie, pero que fue un director irregular, tampoco. ... En su extensa filmografía hay películas excelsas, otras mediocres y alguna manifiestamente fallida. Pero en lo que sí hay un denominador común en ellas es el gusto por la comida y el vino (licores incluidos).

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Ya hablaremos de la cena de 'Viridiana' que no vio venir el censor de turno y que escandalizó a la Iglesia católica, o de las natillas de esa misma película, pero hoy nos quedamos con los huevos revueltos con trufa que se zampa Fernando Rey en 'Ese oscuro objeto del deseo', la última película que dirigió.

Una cinta en la que también hay espacio para el vino, servido con generosidad ante el espectador en varias secuencias, y que delata la pasión que sentía Buñuel por los caldos. Eso sí, el aragonés no ocultaba su predilección por algunos vinos franceses, influido seguramente por el tiempo que vivió en aquel país.

En 'Ese oscuro objeto del deseo', el personaje encarnado por Fernando Rey es el que degusta mayormente los vinos y canta las excelencias de los huevos revueltos con trufa (otra clara influencia francesa), y todo ello como parte de las filias de alguien movido por el fetichismo (otra seña de identidad en los personajes masculinos de Buñuel).

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Para la historia de la serendipia queda lo de las dos actrices que encarnan a la protagonista. El personaje femenino iba a ser protagonizado por Maria Schneider, con la que de hecho se inició la producción de la película, pero entre Buñuel y ella la química fue nula. El cineasta le hizo una broma entonces al productor señalando que prefería rodar con dos actrices para el papel de Conchita pero la cosa cogió cuerpo, se tomaron en serio lo que parecía una ocurrencia surrealista, y casi sin quererlo Buñuel se vio con dos actrices ante la cámara: la francesa Carole Bouquet y la española (y entonces jovencísima) Ángela Molina. No faltaron los espectadores que salían de la sala sin entender nada pero eso tampoco es sorpresa con Buñuel (ni a él le molestaba; más bien lo contrario).

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