El mejor cocinero joven de Canarias: graciosero y formado en Gran Canaria

Guadalupe siempre se sintió atraído por la cocina y siempre tratataba de echar una mano cada vez que veía movimiento. «Cuando observaba a mi madre, a mi padre o a mi abuela cocinando me acercaba para ayudar y aprender». Esta pasión temprana hizo que al terminar bachillerato en Lanzarote iniciara un ciclo medio de cocina en esa misma isla, antes de dar el paso a Gran Canaria hace algo más de un año para iniciar su formación en el Hotel Escuela de Santa Brígida, donde ha consolidado plenamente su destino y confirmado que es en las cocinas donde quiere estar.

El joven cocinero además se ha fogueado en la cocina de uno de los mejores restaurantes de Lanzarote, el interesantísimo Sebe, donde estuvo unos «unos cinco meses de prácticas y otros cinco de trabajo, fue una experiencia muy enriquecedora».

Guadalupe se presentó al concurso del mejor cocinero joven con un plato creativo a base de caballas y ajo blanco, que fue el que le dio el acceso a la gran final, donde participaban tres cocineros. «Teníamos una caja sorpresa con 25 ingredientes para hacer la receta y un ingrediente obligatorio, junto a otros 50 básicos de la despensa común, contando con 30 minutos para diseñar el plato y 90 minutos para hacer cuatro raciones de la receta».

Los participantes elaboraron un plato que tuvo como motivo de inspiración e hilo conductor lo que se conoce como 'La Cocina en Verde', que se traduce en una cocina sostenible, basada en alimentos frescos y saludables, de calidad y proximidad, en un premio patrocinado por Binter.

Su plato ganador fue una Gallegada de lubina, «elaborada a baja temperatura, y una salsa sacada de un caldo muy intenso, con los restos de la lubina, la cabeza y la espina y cabeza de gamba, junto a una espuma de papa bonita que pensamos que le iría muy bien a este plato, y un aire de pimiento verde, para jugar con el requisito de la cocina en verde».

«Cuando escuché que el jurado me había elegido como el ganador me quedé incrédulo, en estado de shock y muy emocionado. Te das cuenta de que todo el esfuerzo que habíamos hecho valió la pena», reconoce emocionado.

Desde que termine su formación en Santa Brígida el próximo mes de mayo, Guadalupe quiere seguir formándose, «preferiblemente en el País Vasco para seguir aprendiendo nuevos conceptos y técnicas», aunque con la mente siempre puesta en Canarias a largo plazo, donde su sueño es montar su propio negocio. Quién sabe si lo veremos seguir triunfando en su querida isla de La Graciosa.