Gran Canaria presume, acierta y triunfa con sus sabores y conquista San Sebastián Gastronomika
San Sebastián vive estos días un pedacito de Gran Canaria en el stand de la isla y en su segundo día desplegó un almuerzo con un mensaje claro: «esto es lo que sabe Gran Canaria y venimos a dejar huella»
Hoy, cruzar la alfombra del Kursaal era una tarjeta de embarque con destino directo y sin escalas al corazón de Gran Canaria volviendo a demostrar, en el segundo día del epicentro gastronómico mundial, San Sebastián Gastronomika, que su mayor tesoro está en su tierra y en quienes la cultivan, elaboran y defienden.
Bajo la marca Gran Canaria Me Gusta, el Cabildo de Gran Canaria y la Cámara de Comercio y los excepcionales anfitriones, Minerva Alonso, consejera de Desarrollo Económico del Cabildo, Juan Manuel Gabella, director insular de industria y comercio del Cabildo y Ramon Redondo, director del Departamento de Comercio y Formación de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gran Canaria, han vuelto a apostar con fuerza por la gastronomía como herramienta de identidad, orgullo y proyección exterior desde el empeño por mostrar el territorio a través del sabor.
San Sebastián Gastronomika 2025 está siendo el mejor escaparate posible: una puesta en escena cuidada y elegante donde el producto isleño fue el verdadero y absoluto protagonista. Lo que se sirvió hoy en el stand de Gran Canaria no fue solo un almuerzo más sino una declaración de respeto y admiración a la isla redonda, a su paisaje y a su gente.
Los convocados a la experiencia, desde el primer bocado, fueron recibidos por el clima, el mar, el interior, la historia y el recetario tradicional tratado desde las excelentes manos de los chefs gancanariosAbraham Ortega (Tabaiba y Verode) y Richard Díaz (Sorondongo)
Delicias de Apertura: frescura y raíces
Abrió la ruta por la isla redonda Richard Díaz con sus aperitivos iniciales: bonito y salpicón de manga, un plato que llenó de brisa marina y temperatura subtropical al numeroso público de hoy en el stand de Gran Canaria. Un plato, que, desde el primer pase, definió la isla entera.
Le siguió lo que muchos comensales consideraron la 'revelación del día' con una carajaca en crema, cebolla y limón verde, presentada en cestitas crujientes que añadían textura y contraste, lo que llevó a que muchos de los invitados se detuvieran a preguntar «¿qué es la carajaca?: una elaboración que resultó ser todo un acto de seducción desde la cocina, siempre honesta, de Ortega y su empeño en rescatar lo propio, elevarlo con técnica y convertir lo local en universal.
Y como cierre a estos inicios, Abraham Ortega también sumó chorizo de Teror con queso Flor de Guía dentro de un crujiente irresistible. Potencia y territorio capaz de elevar murmullos de admiración.
Platos con alma: cebolla y garbanza
En los segundos, con la sala ya rendida a los encantos de Gran Canaria, se elevó la apuesta y la trayectoria. Richard Díaz volvió al comedor con su cebolla-almendra, un plato que conmueve por su textura: elegante y tersa y en paralelo, Ortega sorprendió con su garbanza con cresta y yema: una interpretación sofisticada de ese grano tan fundamental en la tradición gastronómica grancanaria. Su grano intacto y cremoso llevaron a cada uno de los comensales hasta el recetario tradicional, desde la primera cucharada.
Sello canario desde un frangollo
La despedida corrió a cargo de Richard Díaz desde un frangollo en que sedujo paladares desde la sencillez y la rotundidad, lejos de toda complejidad y dejando un recuerdo sólido y la nostalgia como sabor que perdura después del último bocado.
La narrativa líquida de Gran Canaria
El recorrido, de principio a fin, fue conducido bajo la mirada atenta del sumiller Alba Bernal, cuya dirección en sala resultó impecable. Su mano unió cada paso con los vinos únicos de Bien de Altura: Ikewen, Tidao y Elemento, consiguiendo Bernal que cada copa fuera embajadora del paisaje, del clima y de la altitud canaria. Desde las primeras gotas hasta las últimas, los vinos de Bien de Altura refrendaron que Gran Canaria no solo se come, también se bebe.
Identidad, proyección y territorio
Al final de la jornada, el mensaje fue firme: Gran Canaria no llegó a Gastronomika para exhibirse sino para relatar y reafirmar su futuro gastronómico desde su cocina y su producto, capaz de viajar en el tiempo, rescatando recetas, equilibrando la historia con la vanguardia y la evolución de la técnica para ofrecer el alma isleña.
Hoy, Gran Canaria presume con fundamento, acierto y contundencia desde la convicción y el respeto al territorio. Y como postre de excepción, la promesa de regreso para quien quiera seguir probando y sintiendo todos los sabores que Gran Canaria cuida y custodia.