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Vizcaíno Segundo
Las Palmas de Gran Canaria
Lunes, 9 de octubre 2023, 10:17
Se muestran en redes sociales fotos de platos perfectamente dispuestos en la mesa, botellas de vino de alto precio, postres que parecen sacados del museo de Arte Moderno, vídeos del restaurante de moda o galardonado con el premio lunas de Júpiter, quién sabe… Pero ¿qué hay detrás de esa lente que solo muestra ese «glamour»?
Mis padres y supongo que los de la mayoría, nos enseñaron a comer en la mesa, coger los cubiertos, tomarnos la sopa sin sorber, dar los buenos días y las gracias. Asisto en mi trabajo, yo y los de mi gremio a esta tendencia de mostrar todo lo que como y bebo en un restaurante. Y no lo crítico, pero me sorprende cuánta banalidad hay en ello cuando desde la otra cara, lo que observamos los anfitriones dista mucho de la realidad mostrada.
Continuamente cuando vamos a limpiar y recoger esas mesas nos quedamos atónitos de como la han dejado al finalizar su cena o almuerzo. Servilletas ovilladas esparcidas por la mesa, manteles llenos de comida, cubiertos colgando de los platos, etc. Eso por no hablar de cuando te dejan los clínex, toallitas de aseo personal, cajetillas de tabaco, o incluso algún que otro pañal. ¿Dónde quedo toda esa sutileza de la foto? ¿Toda esa composición a la que le dedicaste tanto tiempo?
Detrás de tanto bodegón y tantas recomendaciones al chef, solo quedan «expertos», que ni saben coger esa copa del vino tan caro que han pedido, desconocen u obvian utilizar correctamente los cubiertos y ni tan si quiera saben dirigirse de forma educada al personal que les atiende. Lo que quiero transmitir es que la elegancia se demuestra andando y si tu hobby o afición es la gastronomía, no estaría mal que también te pusieras al día con los modales en la mesa.
Me da la impresión de que cuando vamos a un restaurante a disfrutar de una buena comida o compañía, nos olvidamos de que el servicio que nos atiende no pertenece a tu séquito personal, no está ahí para limpiar los restos inútiles que has sacado de la limpieza de tu bolso.
La virtud del saber estar debería ser una de las prioridades a la hora de disfrutar de tu hobby por la gastronomía, saber utilizar los cubiertos, tomar tu copa y dirigirte al personal que te atiende. En poco o en casi nada se quedan esas fotos tan sorprendentes que subes a las redes sociales y describes para bien o para mal. ¿Y si yo sacase las fotos desde la otra perspectiva? Y te mencionase a ti, o comentara en estas famosas plataformas de opinión cómo has dejado la mesa o cómo te has comido ese plato.
Habría que evolucionar un poco más en estas tendencias, ojalá algún «influencer» de la educación y protocolo en la mesa y el arte de la del saber estar. En definitiva, queridos clientes, hay que serlo y parecerlo.
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