Iciar Pérez, tras su salida de Poemas: «Estoy muy motivada con el nuevo proyecto»

Al terminar sus prácticas del Hotel Escuela de Tenerife, Iciar Pérez comenzó una meteórica carrera que no ha parado de pulir desde que cruzó su camino con Juan Carlos y Jonathan Padrón, los célebres cocineros canarios, ya leyendas. Su pareja es Juan Carlos Pérez-Alcalde, que también estaba a su lado en la cocina de Poemas, y con el que iniciará esta nueva aventura empresarial, algo nuevo para ambos, que están radiantes ante la aventura.

«Estamos muy motivados con el nuevo proyecto, el restaurante Moral, en Santa Cruz de Tenerife. Hemos conseguido un local perfecto para lo que buscábamos, y ahora lo estamos reformando de manera integral. Es pequeño, sólo seis mesas y cuatro personas en la barra», confiesa emocionada Iciar, que estará en cocina junto a Juan Carlos, «él está organizando toda la propuesta gastronómica. Tiene mucha creatividad, es muy perfeccionista, y además de estar conmigo en Poemas ha estado con Martin Berasategui, tiene mucho talento».

Cuestionada sobre su salida de Poemas, y por tanto dejar atrás su etapa con los geniales hermanos Padrón, Iciar sólo tiene palabras de agradecimientos para toda la familia que forma el grupo. «Es como abandonar un hijo. A Poemas lo hemos cuidado mucho, lo hemos visto crecer, triunfar y seguir haciéndolo. El equipo que dejamos atrás es como una familia, y nos dio mucha pena la despedida, la verdad».

Tanto Iciar como Juan Carlos llevaban ya un tiempo meditando un cambio de aires. Tenerife es la isla de él, donde estudió ella, y donde ambos tienen un círculo familiar y de amistad que tira mucho. «Nos mudamos a Gran Canaria por Poemas, que ha sido una etapa maravillosa y donde hemos hecho muchos amigos. Pero ya teníamos ganas de volver a casa, nos surgió la oportunidad de coger este fantástico local en Santa Cruz, y nos decidimos. Ahora estamos con la felicidad y el miedo propio de algo nuevo, pero extremadamente motivados y con ganas de empezar».

Iciar, que conoce bien lo que es la excelencia en la cocina, la presión y la exigencia de tener que salir a ganar cada día, no es muy amiga de las etiquetas ni las definiciones, afortunadamente. Con un acierto brillante, la cocinera afirma que «en Moral vamos a hacer comida rica, sin definiciones. Ahora que todo tiene un nombre, nosotros lo que queremos es hacer las cosas bien y que la gente disfrute de una cocina rica. Tanto Juan Carlos como yo vamos a tener mucha presencia, y aunque estaremos en cocina, en la reforma que estamos haciendo estará conectada con la barra, que a su vez es la puerta de entrada, y con imagen en la sala. Moral será una experiencia íntima, sutil».

Es un paso más, quizás el más importante y ambicioso, de una genial cocinera que no para de crecer gracias a su seriedad, talento y ambición. En poco tiempo, Moral será, con toda seguridad, una parada de obligada visita para toda aquella persona que quiera vivir una experiencia gastronómica de primer orden, honesta y con la mejor materia prima. Iciar y Juan Carlos, Juan Carlos e Iciar, no necesitan cartas de presentación. Sólo ponerse en la faena de lo que mejor saben hacer, cocinar.