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Trump contra el Dr. Fauci

Trump contra el Dr. Fauci

José m. de Areilza

Martes, 20 de octubre 2020, 23:18

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¿Qué sentido tiene que el presidente ataque a su principal asesor sanitario en medio de la pandemia y luego admita que no puede despedirlo? Antony Fauci ha trabajado con seis gobiernos federales y a lo largo de su longeva carrera se ha ganado el respeto tanto de republicanos como de demócratas. Desde marzo, ha sido la voz de la ciencia y del sentido común, capaz de moderar los impulsos libertarios y el escepticismo de Donald Trump en su manera de tratar el coronavirus.

Pero la campaña electoral lo ha cambiado todo: el presidente siente que se estrechan sus probabilidades de ser reelegido y necesita movilizar a los suyos. Aún le queda el debate del jueves de esta semana con Joe Biden, en el que el favorito puede cometer algún error, algo a lo que es propenso en sus intervenciones públicas y que sería explotado hasta el final por sus adversarios. También es posible que los demócratas se confíen y no voten en número suficiente, al pensar que ya han ganado. Les ayuda el hecho de que el contagio del presidente ha situado la mala gestión de la pandemia en el centro de la campaña. El Doctor Fauci ha afirmado que no le extraña que el presidente se contagiara porque no toma las medidas recomendadas, a lo que Trump ha contestado que si hubiera seguido todos los consejos de este médico habría medio millón de muertes (la cuenta siniestra es de 220.000 fallecidos).

Trump usa el manual del buen populista al embestir contra los expertos que establecen las cautelas para protegerse del virus –«Fauci es un desastre…son unos idiotas». La culpa es siempre de un enemigo externo, desconectado del pueblo y que desprecia sus preocupaciones y sentimientos. Los científicos, igual que los jueces, los periodistas o las agencias de inteligencia son parte de una elite insensible y en estos cuatro años han sido objeto de repetidos ataques desde la Casa Blanca. No es nada personal, solo un cálculo político para hacer sentir bien a una base irredenta, el segmento con menos estudios y preparación del país. Son votantes especialmente frustrados ante el hundimiento de la economía y los estragos que sigue causando la pandemia. La ferocidad de Trump es su vía de escape.

José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.

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