Abril termina con 6,5 millones de turistas internacionales menos

Las cifras publicadas este martes por el INE reflejan que en los cuatro primeros meses del año, hasta el fin del estado de alarma, la llegada de turistas internacionales se hundió un 82,6% tras recibir solo 1,8 millones de personas, frente a los 10,6 millones que llegaron en el mismo periodo de 2019. Eso sí, las cifras son mucho mejores que las del año pasado, cuando el confinamiento total y el cierre de fronteras por la primera ola del virus hizo que no se registrara ningún viajero por el INE en el mes de abril.

Y a menos turistas, menos ingresos para el sector. El gasto realizado por los turistas extranjeros que visitaron España en los cuatro primeros meses se desplomó también un 83,3% respecto a las cifras de 2019, hasta sumar solo 1.958 millones de euros frente a los casi 22.500 millones de antes de la pandemia. Solo en abril el gasto ascendió a 671 millones de euros, diez veces menos que los más de 7.000 millones que ingresó el sector turístico en el mismo mes de 2019. El gasto medio por turista que llegó en abril fue de 1.064 euros y el diario de 131 euros.

El principal país emisor de turistas en abril fue Alemania, con unos 144.000 visitantes, el 23% del total, seguido de Francia (116.000) e Italia (40.500).

El destino principal de estos turistas en abril fue Baleares, con 125.000 turistas, el 20% del total. Seguido de Canarias (110.000, el 17%) y Cataluña (94.000 turistas, el 15%).

El vicepresidente de Exceltur, José Luis Zoreda, explica que estos datos corroboran las estimaciones de la patronal turística de caída de la actividad en torno al 80% en el primer trimestre, que además continuó esa senda en el mes de abril, solo corregida por el «tímido» repunte de la demanda nacional.

Desde Exceltur confían en que el turismo internacional repunte en junio y calculan que cada semana de este mes sin turismo extranjero supone perder 1.800 millones de euros de actividad. Consideran que la clave es que antes de que termine junio esté disponible el certificado digital europeo para «facilitar la movilidad» y que cualquier duda respecto a las nuevas cepas del virus no tenga graves consecuencias.