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El turismo rural canario toma la delantera en la recuperación

El turismo rural canario toma la delantera en la recuperación

Las casas rurales y la oferta del alquiler vacacional de las medianías mantendrán altas ocupaciones durante todo el verano gracias al aumento de la demanda del turismo local. Las plazas en los alojamientos en destinos del interior con piscina propia se están agotando

Jueves, 1 de enero 1970

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Las casas rurales y el alquiler vacacional han tomado la delantera en la recuperación turística en Canarias frente a los hoteles y complejos de apartamentos de las zonas vacacionales de la costa. La dependencia de las cadenas turísticas de la demanda extranjera, que no comenzará a recuperarse al menos hasta finales de octubre, mantiene en el letargo a gran parte de esta oferta dependiente del turismo de masas de sol y playa.

Pero la población local sí está impulsando la reactivación del turismo rural y de interior, lo que confirma que este segmento está mejor posicionado para superar la crisis del coronavirus.

Así lo confirma el elevado nivel de las reservas que reconocen que están alcanzando la oferta de alojamiento rural y de alquiler vacacional ubicada en las zonas de medianías.

Miriam Rodríguez, gerente de Artenatur, empresa turística que gestiona seis alojamientos rurales en Artenara (Gran Canaria), reconoce abiertamente que «se empieza a ver la luz». Y no se refiere solo a la recuperación progresiva de la actividad, a partir del pasado 11 de mayo, cuando se permitió la reapertura de los establecimientos turísticos tras dos meses de cierre obligado de la actividad turística.

Rodríguez recuerda las graves consecuencias que tuvieron para Gran Canaria, y también para el sector del turismo rural de la isla los incendios forestales del pasado verano.

«El público local está animado, y la cosa pinta bien. Tras la vuelta de mediados de mayo empezamos a recibir reservas de residentes en la propia isla, lógicamente por las restricciones de movilidad, y finalmente cerramos junio con una ocupación del 70% en los alojamientos que cuentan con piscina propia, los más demandados. Ahora mismo, de hecho, no hay disponibles casas con este valor añadido –el de contar con piscina– para los meses de julio y agosto. Y comienzan a escasear los huecos para la primera quincena de septiembre», añade Rodríguez.

«La cercanía, el contacto directo con la naturaleza, y la búsqueda de espacios alejados de las aglomeraciones están generando una alta demanda por parte de la población insular, y gracias a ellos estamos saliendo adelante», reconoce Rodríguez.

Carmen Hernández propietaria de Finca Naturacanaria, en Fontales (Moya), confirma que ya no le quedan prácticamente plazas para julio –«apenas hay dos o tres días sueltos sin ocupar»–, y para agosto «hay muy pocos huecos, gracias a la respuesta de los residentes en la isla». «Todos los propietarios coincidimos en que la oferta que cuenta con algún elemento de agua está funcionando muy bien. Falta por despejar la incertidumbre de lo que pasará de septiembre en adelante, pero al menos estos dos meses la respuesta ha sido muy buena», insiste.

El vicepresidente y abogado de la Asociación Canaria de Alquiler Vacacional (Ascav), Javier Valentín, coincide que «las casas con piscina propia de las zonas de medianías y cumbreras mantendrán prácticamente el lleno estos meses estivales gracias al mercado local. También «se nota cierta reactivación del alquiler vacacional en núcleos turísticos costeros, sobre todo en las viviendas unifamiliares con una zona de baño propia». Pero en estos destinos tradicionales, mucho más dependientes del turismo extranjero, «la recuperación será mucho más lenta a pesar de la reapertura de fronteras de la UE desde el pasado 22 de junio».

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