La negociación del salario mínimo comenzará el próximo jueves

Díaz ya había avanzado el pasado martes en su toma de posesión que iba a llamar «de inmediato» a los agentes sociales porque quería que esta fuera una de las primeras medidas que tome el nuevo Gobierno. Un día después de este anuncio, los empresarios sorprendieron a la ministra con una propuesta de subida para los dos próximos años: un 3% en 2024 para elevarlo hasta los 1.112 euros al mes (repartidos en 14 pagas) y otro 3% en 2025 para situarlo en los 1.1145 euros al mes, aunque siempre y cuando el Ejecutivo se comprometa a modificar la normativa de revisión de precios para repercutir este aumento en los contratos públicos en vigor, una vieja reivindicación de los sindicatos y la patronal que pone contra las cuertas a muchas empresas.

Además, la CEOE está dispuesta, siempre que se cumpla esta «condición sine qua non», a asumir otro 1% adicional cada año si la inflación es mayor que ese 3%. Se trata en realidad del mismo incremento que se ha pactado en el acuerdo para la negociación de los convenios colectivos (AENC).

Esta es la única propuesta oficial que habrá este jueves encima de la mesa, aunque el punto de partida será un aumento un poco superior, tal y como aseguró Díaz, que estableció como línea roja que la subida del SMI no fuera inferior a la inflación media, es decir, inferior al 3,7% o 3,8%, el nivel que se estima terminará el IPC este año.

Esta contrapropuesta no se aleja demasiado de la CEOE y puede ser perfectamente asumible por los empresarios: ocho euros les separan. Significa esto que el salario de los más de 2,5 millones de trabajadores que menos ganan, situado en los 1.080 euros, aumentaría unos 40 euros al mes hasta los 1.120 euros, repartidos en 14 pagas.

Los sindicatos, sin embargo, piden más y, aunque no han dado cifras concretas, sí han advertido de que el alza debe «proporcionar el mínimo de suficiencia y dignidad» que señala la Carta Social Europea; esto es, que alcance el 60% del sueldo medio. Además, piden que se tenga en cuenta la evolución de los precios de la alimentación, que suben un 9,5%, al ser una parte básica de las compras de quienes suelen percibir el salario mínimo.

En cualquier caso, lo primero que habrán de zanjar en la reunión es qué estadística se tendrá en cuenta para saber cuál es realmente el 60% del salario medio, el nivel al que se ha comprometido el Gobierno a situar el salario mínimo.