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B. Saenz de Castillo
Los planes de pensiones pierden 1,3 millones de partícipes en diez años

Los planes de pensiones pierden 1,3 millones de partícipes en diez años

El sector teme que la bajada de la desgravación por las aportaciones se convierta en la «puntilla» para este producto, ya en horas bajas

Domingo, 8 de noviembre 2020, 00:25

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Los fondos de pensiones tuvieron una evolución muy buena durante unos años: de los 317.777 partícipes con que comenzaban en el año 1989, llegaron a tener 10,83 millones de inversores al cierre del cuarto trimestre de 2010. Pero desde entonces, este tipo de ahorro previsional para la jubilación no ha dejado de perder adeptos. Al cierre del tercer trimestre de 2020, el número de tenedores de esta clase de productos había caído por debajo de los 9,5 millones, lo que supone una pérdida de más de 1,3 millones en una década desde máximos, según se desprende de los datos de Inverco.

Esta caída afecta a los planes individuales, que retroceden desde los 8,6 millones de partícipes en que marcaron máximos hasta los 7,47 millones ahora, y también a los de empleo, aunque menos, dado que bajan desde los 2,179 millones de inversores hasta los 1,966 millones.

Los expertos atribuyen esta aparente paulatina pérdida del atractivo de los planes de pensiones a varias razones. Enrique Borrajeros, de EFPA España, explica que en la industria de los planes hay poca competencia, lo que se traduce en costes más elevados y una rentabilidad más baja que la de los fondos de inversión. Borrajeros añade que en las entidades parece no haber muchos incentivos comerciales para mover a los inversores a planes más eficientes de la misma firma. Compara lo que sucede con los fondos de pensiones con lo que pasa en las compañías de telefonía: «Hasta que uno no se va no se le hace una contraoferta».

Los fondos, más atractivos

Los fondos de inversión atraen a más ahorradores porque hay más variedad de ellos, atienden a más vocaciones, a más tipos de activos y están más especializados, según argumenta Fernando Luque, de Morningstar. A lo que Borrajeros añade que, además, sobre ellos hay mucha más información disponible, lo que le hace más fácil a un inversor decantarse por el que se corresponda con sus necesidades o intereses.

Todas estas razones han provocado que los planes de pensiones tengan «mala fama» o «hayan perdido su prestigio», en palabras de los expertos. Y, así, mientras el número de partícipes de planes no ha hecho más que caer, los de fondos han subido sin freno, salvo los puntuales recortes sufridos ligados a la crisis de 2008, a la de la deuda soberana en 2011 y 2012 y a la más reciente del coronavirus y que se limitó al mes de marzo. A cierre de 2010, los fondos tenían 5,320 millones de partícipes y en septiembre de 2020 eran 12,218 millones.

Sólo un 8,32% aporta más de 1.800 euros al año a su plan: serán los afectados por la reforma fiscal

Pero, además de la competencia que les suponen los fondos de inversión, los expertos alegan otras razones para explicar el tirón menguante de los planes. Y es que las sucesivas crisis han provocado una merma salarial y de la capacidad de ahorro.

Aunque Borrajeros recuerda que en depósitos los españoles tienen 800.000 millones, lo que implica que los ahorradores prefieren tener el dinero a la vista, en instrumentos más líquidos.

Cambios fiscales

Como último ingrediente desfavorable para los planes de pensiones se cuenta la incertidumbre sobre su fiscalidad, sobre la que se lleva especulando muchos años. A partir de 2021, si sale adelante el proyecto de Presupuestos que ha presentado el Gobierno, los límites de aportación a sistemas de previsión social individuales con derecho a la desgravación bajan desde los 8.000 a los 2.000 euros, aunque se elevan desde los 8.000 a los 10.000 euros para los sistemas de empleo.

Según Fernando Luque, esta medida «es la antesala de la muerte del producto», puede ser «la puntilla» para los planes de pensiones individuales. Aunque este experto concede que la desgravación sobre todo favorece a las rentas más altas, a quienes se aplica el tipo marginal sobre la renta más elevado, mientras que tiene menos impacto económico para las rentas más bajas.

Pero, justo por esta razón y porque la aportación media anual a un producto de previsión para la jubilación no llega a los 600 euros, Enrique Borrajeros cree que «podríamos llevarnos una sorpresa» y ver que los planes de pensiones no sufren ningún impacto y no hay caída de número de partícipes tras el cambio de su fiscalidad.

Sólo un 8% de afectados

Según cifras de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, el 65,62% de los partícipes no realizaron ninguna aportación a su producto en el año 2019. Entre los que ahorraron algo a través de esa vía, la mayoría, algo más de un 13% de los inversores, realizaron una aportación de entre 301 y 900 euros. Pero sólo un 1,89% de ellos, es decir, alrededor de 180.000 de los 9,5 millones de partícipes, se beneficiaron del máximo –o de cerca del máximo posible– porque aportaron entre 6.000 y 8.000 euros.

A partir de 2021, si el Congreso de los Diputados aprueba los Presupuestos, sólo quienes aportan hasta 2.000 euros al año a su plan se beneficiarán de la desgravación fiscal. Las cifras de la Dirección General muestran que sólo el 8,32% de los partícipes ahorra más de 1.800 anuales en planes. El impacto de la reforma tributaria se limitará exclusivamente a ellos (y no a todos).

La rentabilidad de los planes de empleo bate a la de los individuales

Uno de los argumentos contra los fondos de pensiones que se esgrime habitualmente es el de su escasa rentabilidad. Pero, en realidad, en términos comparativos, no salen tan mal parados. Según datos de Inverco, su rentabilidad media anual de los últimos 25 años se sitúa en el 3,47%, frente al 2,34% de los fondos de inversión. A diez años, mientras los planes ganan un 2,85%, los fondos se revalorizan un 1,79%. Y, a un año, si los primeros pierden un 1,90%, los segundos se dejan un 1,62%. En este último caso, los fondos se comportan muy poco mejor.

Aunque hay que tener en cuenta la rentabilidad de los planes de empleo es superior a la de estos productos en su conjunto: a 25 años ganan un 4,19% de media anual; a diez años, un 3,50%; mientras que a un año pierden un 1,10%.

A ello hay que sumar que los planes de empleo son más baratos: su comisión de gestión media se situaba en 2019 en el 0,21%, mientras que el coste de los planes del sistema individual era del 1,06%. En cuanto a la comisión de depósito, en los primeros se situó en el 0,02%, frente a la de los segundos, que era de un 0,12%.

Pero cada vez hay menos planes de pensiones: si tocaron techo poco por encima de los 3.300 productos en 2009, en septiembre de 2020 eran menos de 2.400 –900 menos–. Mientras tanto, fondos de inversión había 2.679 al término del tercer trimestre, lo que también supone un descenso, aunque inferior, respecto a sus niveles máximos, que se marcaron en 2007, poco por encima de los 3.000 productos.

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