Open Arms, a la tercera (no) fue la vencida
Rafael Muñoz, doctor en Marina Civil, apunta que dos meses después de que el remolcador atracara en Canarias abandona las aguas de las islas dando tumbos y contando cuentos con una subvención pública
Rafael Muñoz
Doctor en Marina Civil
Sábado, 25 de octubre 2025, 23:40
El tercer y último intento del remolcador de salvamento privado Open Arms para lograr la ansiada foto con el cayuco que justificara su insostenible aventura canaria, con dinero público, ha vuelto a ser un fracaso. Dos meses lleva el viejo remolcador en Canarias dando tumbos y contando cuentos con una subvención pública.
Mientras se redactó esta columna, el buque abandonaba las aguas al sur de El Hierro, y con ello se esfumaba su última esperanza de toparse con un cayuco. Y casualmente, esa misma mañana, mientras navegaban ya rumbo a Lanzarote, arribó su anhelado cayuco a La Restinga; siendo asistido por quien debe hacerlo, el estado, por medio de la entidad pública empresarial Salvamento marítimo, y no por iniciativas particulares no profesionales como es Open Arms.
El remolcador de la ONG ha pasado días y días de navegación zombi quemando diésel marino en una zona denominada como PSSA (Particuraly Sensitive Sea Area) dentro de la ZMES (Zona Marítima Especialmente Sensible) Canaria. Incluida alguna navegación imprudente a menos de 0.5 millas de costa herreña, catalogada como Reserva de la biosfera. Un riesgo innecesario. Y es que habría sido una despedida sublime de la ONG de las islas, marcharse con una contaminación marina de por medio, producto de una navegación temeraria para una tripulación aficionada de las operaciones SAR.
No, no crean que esta ruina flotante funciona con leche de soja eco-sostenible. Tampoco que hasta entonces, les haya importado mucho la llamada ruta canaria de la inmigración ilegal pues, ¿dónde estaba Open Arms en las oleadas de arribadas de cayucos y pateras previas? Sólo han venido a las islas al olor de la subvención del Gobierno de Canarias y a sacarse una foto que no han logrado. Lo dicho, salvamento marítimo a la carta, y lo mejor que puede pasar, es que se vuelvan pronto al mediterráneo pues la cobertura SAR en Canarias esta asegurada por el estado.
En cualquier país con una política marítima seria, lo cual descarta a este, el Open Arms estaría retenido en puerto, no despachado como buque de salvamento, y obligado a cambiar su emisión AIS Search and Rescue, pues no tiene permiso legal para involucrarse en operaciones de salvamento marítimo en las zonas SAR españolas. Un ovillo de contradicciones a la vista de sus excursiones.
La recta final de la aventura insular del Open Arms genera algunas reflexiones. La más evidente es que cuando ha operado en aguas costeras de El Hierro, con la esperanza de tropezarse con un cayuco, nunca ha navegado más al sur del paralelo de latitud 27º N, ni a naciente del meridiano de La Orchilla, lo cual podría significar que, ¿se la ha impuesto una ZET (Zona de Exclusión Total)? De así ser, sus posibilidades de cruzarse con un cayuco se han visto drásticamente reducidas.
¿Por qué El Gobierno nunca objetó nada al respecto de sus campañas al sur de Sicilia? Simple, el problema era de los italianos, malteses y libios, responsables de esas áreas SAR. Sin embargo, el ejecutivo de Pedro Sánchez sí se apresuró en acogerlo en 2019, concediéndole un puerto de desembarco fuera del área de responsabilidad SAR española cuando tenía varios centenares de náufragos en su cubierta. Todo, calculado más como una acción de rédito electoral, que de una preocupación humanitaria.
El Open Arms, al no navegar hacia el sureste, no se ha podido situar en una zona de espera para actuar como efecto llamada. Lo que realmente es. Y hablando de llamadas, tras el acuerdo firmado con el Gobierno de Canarias, ¿ha habido alguna letra pequeña en la subvención otorgada a la ONG, o llamada a Oscar Camps, para que sólo hagan acto de presencia, postureo solidario en la mar, pero que no se involucren en operaciones SAR por la polémica generada con su presencia en el archipiélago? Aquí la respuesta la debería dar el Gobierno de Canarias, pero no esperen declaración alguna de Fernando Clavijo, hace tiempo que este y su alumna aventajada de diputada, se han olvidado de la cuestión pues les ha salido mal la jugada. Es lo que pasa cuando se desconoce la mar y se ignora el derecho marítimo internacional.
¿Cuál podría ser la cifra real que la ONG hubiese recibido de la hacienda pública canaria? El buque ha estado en aquí 2 meses. Grosso modo, un mes navegando, repartido en tres campañas de espera en El Hierro, dos semanas atracado en Tenerife, una en Las Palmas, y ahora en Arrecife de Lanzarote. La cifra de la subvención, bajo secretismo y falta de confirmación, serían unos 30.000 euros. El Open Arms se «traga», siendo conservador, 3500 euros por cada día que este en la mar navegando. Esto hace un monto de 105.000 euros, sin contar los 30 días que ha estado atracado. Tasas de puerto, combustible y aguada, mantenimientos, o provisiones para 17 personas, engordan la factura, que podría superar los 150.000 euros. ¿Es esa la cifra que no les quieren contar? Sí, así se dilapida el dinero público para obtener réditos electorales manoseando el sentimentalismo y generando postureo político para con la tragedia que es la denominada ruta canaria. Lo que si pueden tener claro, es que el Open Arms no ha venido a Canarias bajo su propio presupuesto, lo ha hecho como los guiris, con todo ya pagado.
El Open Arms navega en la «útil» zona gris del derecho marítimo internacional. Sí, lo que no está legislado, no es ilegal, y se acoge a la figura de la libre navegación, en aguas internacionales, para casualmente estar «parado» en áreas del Mar mediterráneo donde tiene altas probabilidades de cruzarse con embarcaciones repletas de inmigrantes procedentes de Libia. Todo en orden. Todo legal, o casi. Otra cosa bien distinta es que el buque no esté reconocido como una entidad SAR profesional, tampoco estatal.
El Convenio SAR 79 divide los océanos en áreas de responsabilidad de salvamento. Polígonos en los que los estados ribereños se obligan a dar respuesta a la salvaguarda de la vida humana por medio de sus agencias gubernamentales de seguridad marítima. Este binomio área SAR – Agencia de seguridad marítima deja, legalmente, fuera del «juego» a la ONG. Motivo por lo que se refugia, legítimamente, en los vacíos del derecho marítimo internacional. En esa denominada zona gris, para situarse como un buque que navega en aguas internacionales, que son parte de las áreas de responsabilidad SAR, y ejerciendo la obligación de prestar auxilio que toda embarcación tiene en la mar.
La primera consecuencia de esto, es que la ONG solapa las responsabilidades de las agencias de seguridad estatales, que profesionalmente son las encargadas de dar la respuesta a las emergencias en la mar. Y esta es la síntesis de su operatividad. Resumen que esgrimirían los abogados de la ONG al ser acusados de llevar a cabo misiones para las que no tienen el respaldo del estado responsable del área SAR, ni de la comunidad internacional. «Nuestro buque estaba navegando en aguas internacionales y nos encontramos con una barca llena de gente, los asistimos, como dicta la ley» Nada de lo anterior debe tapar las vidas que Open Arms ha salvado, pero siempre hay una letra pequeña que debe leerse.
Lo mejor que puede ocurrir es que el Open Arms se vuelva ya a su puerto base sin haber asistido ningún cayuco, y lo más importante, sin haber entorpecido las operaciones de Salvamento marítimo. Y no, no lo veo ahora «esperando» a 20 millas de Lanzarote a ver si se «cruza» con una patera, pues no vende lo mismo 13 marroquíes bajo su toldilla, que 200 negros hacinados para tener una imagen mediática.
Señores de Open Arms, el atlántico no son las aguas abrigadas al sur de Lampedusa, y ustedes no son una entidad SAR profesional que opere con unos procedimientos o estándares de calidad contrastados. Lo que sí son es unos irresponsables al hacinar centenares de personas rescatadas y no proceder a puerto hasta tener el buque abarrotado. Una de las normas básicas de toda operación SAR, es que los rescatados deben estar en el buque el menor tiempo posible ergo deben ser desembarcados. Por esta afirmación, Salvamento marítimo volvería a base con un sólo rescatado, y ustedes necesitan el barco repleto para la foto.
Presumiblemente, en unos días, el Open Arms se debería volver al Mediterráneo, pues las perras públicas se le acabaron. El bagaje de su aventura canaria es tan frustrante como silencioso. Cero cayucos asistidos, desfile de políticuchos que de esto saben nada, algún episodio de navegación temeraria en El Hierro, tres semanas quemando diésel en una reserva de la biosfera, cuentacuentos, y dinero publico desperdiciado para explicar a la ciudadanía canaria, que de esto ya sabe algo, lo que hace con éxito Salvamento marítimo desde hace ya 20 años. Y es que en el reparto del Open Arms a Canarias sólo falto Greta Thumberg enrolada de alumna, la niña del exorcista de las causas solidarias, con su look de Cristóbal Colón. Open Arms, una y no más.