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Así es el mantenimiento de los coches híbridos de combustión

Así es el mantenimiento de los coches híbridos de combustión

Al disponer de motores eléctricos y de combustión numerosos elementos sufren menos desgaste

A. Noguerol

Madrid

Viernes, 7 de agosto 2020, 00:00

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Pese a que la velocidad con la que se están introduciendo en el mercado es lenta, los vehículos híbridos y los híbridos enchufables están llamados a ser los sustitutos naturales de los diésel. La oferta ya es numerosa, y los incentivos a la compra junto a prometedoras cifras de consumo frente a sus equivalentes en gasolina está convirtiendo a este tipo de vehículos en los auténticos protagonistas de 2020. Pero todavía existen numerosas dudas que pueden hacer que los consumidores nos e decidan por un híbrido enchufable, como son el precio, el coste a la hora de consumir electricidad, o el mantenimiento necesario.

Frente a los modelos con motor de combustión, el coste de un híbrido enchufable es ligeramente superior, diferencia que se reduce sustancialmente con las ayudas del Plan Moves II. Por ejemplo, un Peugeot 3008 Hybrid puede adquirirse desde 36.100 euros con los 2.600 euros de ayudas.

Además de estas ayudas, los híbridos enchufables están exentos del pago del Impuesto de Matriculación mientras los ayuntamientos ofrecen distintos tipos de bonificación para el Impuesto de Tracción Mecánica. También, muchas compañías de seguros permiten contratar pólizas más económicas, al tiempo que las principales compañías de renting prevén valores de reventa considerablemente más altos para estos modelos.

Estos modelos cuentan con otra gran ventaja: una autonomía eléctrica de hasta 59 km, lo que permite a la gran mayoría de sus usuarios moverse a diario para sus desplazamientos urbanos y por el extrarradio con electricidad, en lugar de gasolina. Esto puede suponer un ahorro de entre 6,04 y 7,44 euros cada 100 km*.

Los híbridos enchufables de Peugeot disponen de dos o tres motores. Siempre con uno de combustión y uno eléctrico en el vano motor, al que se suma en el Peugeot 3008 Hybrid4 otro propulsor eléctrico en el tren trasero. Esto nos puede llevar a pensar que sus costes de mantenimiento serán superiores a los de un automóvil convencional, algo que está muy lejos de la realidad.

Qué elementos se desgastan

Como en los eléctricos puros, el funcionamiento de los híbridos enchufables permite un menor desgaste mecánico de muchos de sus componentes. Por ejemplo, en el equipo de frenos, que gracias a la frenada regenerativa alarga la duración de pastillas y discos. Otro factor a tener en cuenta es que cuanto mayor sea el uso sea del coche en modo eléctrico, menor desgaste sufrirán todas las piezas móviles del motor de combustión.

Debido a su mayor peso, el deterioro de los amortiguadores es algo mayor. En cuanto a los neumáticos, el híbrido enchufable compensa su mayor peso, con su progresiva entrega de potencia.

Al igual que en los Peugeot e-208 y Peugeot e-2008 eléctricos, los híbridos enchufables no tienen programadas unas tareas o intervenciones específicas de bastidor, que siguen las mismas directrices que el resto de modelos de la gama.

Las revisiones en toda la gama 3008, ya sea en sus versiones híbridas, de gasolina o diésel, están programadas cada 30.000 km o un año en condiciones de uso normales (cada 20.000 km o un año para condiciones de uso severas). En los diésel es una cifra aproximada, pues este intervalo varía en función de la conducción y condiciones de uso de cada propietario, gracias al mantenimiento autoadaptativo continuo. Este sistema se encarga de evaluar el deterioro del aceite del motor y alerta al conductor sobre cuándo tiene que programar una acción de servicio.

Diferencias respecto a un diésel y un gasolina

Las diferencias en las acciones de mantenimiento entre un gasolina y un híbrido enchufable son muy pequeñas. En los híbridos, la batería de servicio (la de 12V) hay que cambiarla cada cuatro años, mientras que en las versiones gasolina o diésel no es un componente con una vida prestablecida. El cambio de la correa de accesorios se acorta de los 120.000 a los 90.000 km o 6 años. El resto de componentes tienen programadas intervenciones muy similares y no hay un mantenimiento marcado para el sistema de propulsión eléctrico. El diésel sí agenda, aunque a muy largo plazo, intervenciones más complejas, como pueden ser la sustitución de la correa de la distribución o el control del filtro de partículas.

En el cambio automático de los híbridos enchufables, el embargue SSC (Separate Start Clutch) sustituye al convertidor de par de los motores térmicos con la caja de cambios de 8 velocidades. El SSC es un embrague multidisco controlado electrónicamente por una unidad de mando con el objetivo de transmitir a las ruedas el par de los motores de combustión y eléctrico/s.

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