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Las claves de la ofensiva europea para evitar otro escándalo Dieselgate

Las claves de la ofensiva europea para evitar otro escándalo Dieselgate

El Reglamento de la Unión Europea sobre la homologación y la vigilancia del mercado de los vehículos de motor incrementa notablemente el poder de las autoridades comunitarias y contempla multas de hasta 30.000 euros por vehículo para los fabricantes que incumplan la normativa

Unai Mezcua

Jueves, 3 de septiembre 2020, 03:00

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Tras endurecer, hace tres años, las pruebas de emisiones que deben superar los nuevos vehículos, -con la introducción del examen WLTP-, desde este martes ha empezado a aplicarse el Reglamento de la Unión Europea sobre la homologación y la vigilancia del mercado de los vehículos de motor, que incrementa notablemente el poder de las autoridades comunitarias y contempla multas de hasta 30.000 euros por vehículo para los fabricantes que incumplan la normativa.

El nuevo reglamento, aprobado en mayo de 2018, revisa a fondo y endurece considerablemente el sistema anterior de homologación de tipo y de vigilancia del mercado. Busca mejorar la calidad y la independencia del proceso de certificación y los ensayos de los vehículos, aumenta los controles de los automóviles que ya están en el mercado de la Unión Europea y refuerza el sistema general con una mayor supervisión comunitaria. Bruselas cobra así un poder sin precedentes en un ámbito que hasta ahora controlaban casi en exclusiva las entidades designadas por los Estados miembros. Todo con vistas a evitar que se repita un trucaje como el que Volkswagen admitió en 2015, tras una investigación realizada en Estados Unidos. Un escándalo que aún colea en los tribunales y que ha costado al fabricante más de 29.000 millones de euros en multas, en su mayor parte, al otro lado del Atlántico.

¿Por qué ha tardado tanto tras el Dieselgate?

La Comisión Europea ya trabajaba en revisar el procedimiento antes del Dieselgate, explican a este periódico, y el fraude de emisiones supuso un acelerón. Los plazos para la adopción por los Estados miembro, no obstante, son lentos. Las nuevas reglas fueron propuestas por la Comisión en 2016, y aprobadas por el Parlamento y el Consejo dos años después.

¿Cómo se refuerza la supervisión?

Los Estados miembros designan servicios técnicos para probar e inspeccionar los nuevos modelos de coches. A partir de ahora, estos servicios técnicos serán auditados de forma periódica e independiente por organismos de acreditación. De lo contrario, los servicios técnicos estarán sujetos a auditorías conjuntas por parte de la Comisión con expertos de otros Estados miembros. Otros Estados podrán impugnar una designación cuando algo vaya mal. Y la Comisión podrá suspender, restringir o retirar la designación a los servicios técnicos que tengan un desempeño deficiente.

En este sentido, cobrará una gran relevancia el Centro Común de Investigación (JRC), al que se ha dotado de nuevos recursos para que asuma un nuevo papel en la vigilancia del mercado, financiando el personal adicional necesario, costes operativos y la construcción de dos nuevos laboratorios.

¿Qué cambios supondrá?

Se reforzará la independencia y calidad de las pruebas antes de que un automóvil salga al mercado. Habrá además, por primera vez, controles de los automóviles que ya están en el mercado. Y la Comisión puede realizar controles de conformidad y conformidad de los vehículos en laboratorios o en la carretera.

¿Evitará otro escándalo?

Julia Poliscanova, responsable de movilidad de la federación ecologista Transport & Environment, reconoce que la Comisión «hinca de verdad el diente para vigilar las emisiones de los coches en carretera». La cuestión ahora, advierte, «es si tendrá la voluntad política para hacer uso de sus poderes para evitar un Dieselgate 2.0. Pero si no se realizan pruebas en la carretera y no se toman medidas decisivas contra los infractores, no valdrá nada».

«Los europeos esperan conducir los automóviles más limpios y seguros, lo cual presupone la realización de controles más estrictos. Y exige también una garantía de cumplimiento y una supervisión a nivel europeo», según Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, que encuadra la iniciativa en «nuestros esfuerzos por restablecer la confianza de los consumidores, reforzar el Mercado Único y apoyar la viabilidad a largo plazo y la competitividad mundial de la industria europea del automóvil».

Exámenes más duros a los coches

Este nuevo reglamento completa al que entró en vigor en septiembre de 2017 en lo referido a la medición de las emisiones en las pruebas de homologación, la primera respuesta comunitaria al escándalo Dieselgate. El protocolo WLTP reemplazó oficialmente al anterior procedimiento NEDC en septiembre de 2017 para los turismos y en septiembre de 2018 para los vehículos comerciales ligeros (clases II y III), en un proceso escalonado que se alargará hasta enero de 2021. El WLTP establece condiciones de prueba más realistas para dar información más representativa a los clientes. Las condiciones son mucho más estrictas, con unas pruebas a mayor velocidad y un tiempo de ensayo significativamente más largo (30 minutos en lugar de 20). Y se realizan con todos los equipamientos opcionales del vehículo, puesto que elementos como por ejemplo el techo panorámico o las llantas tienen una influencia notable.

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