Islas Airways, la aerolínea que llegó para acabar con el monopolio y acabó engullida por las deudas

Yánes contaba con experiencia en el negocio, ya que había puesto en marcha la aerolínea Santa Bárbara y operaba entre Venezuela y Tenerife, Miami y Madrid.

La compañía comenzó a operar con gran expectación pero nunca fue un negocio boyante. Las dificultades llevaron en el año 2005 a que en una junta de accionistas Yánes decidiera dar un paso a un lado y Miguel Concepcion comprara la mayor parte de las acciones y se convirtiera en el presidente y consejero delegado. Dos años más tarde Yánes e Isidoro Sánchez dejan por completo la compañía y entran en el consejo de administración las hijas de Concepción. Era el año 2007 (justo cuando comienzan a producirse las irregularidades). Para entonces ya la compañía se encuentra en situación de pérdidas y está a punto de entrar en causa de disolución.

Sin embargo, pese a sus dificultades económicas y financieras y la Gran Recesión, la empresa logra seguir adelante y continúa operando hasta que llega el año 2012. La situación es ya insostenible. Deja de pagar a Amadeus que deja de comercializar sus billetes, solicita al Juzgado un acuerdo de refinanciación y presenta un ERE para los casi 250 trabajadores que tenía. Todo ello en medio de la demanda por fraude en las bonificaciones presentada en 2012 por el Ministerio de Fomento y tras un año de comprobaciones en el cálculo de las subvenciones. En octure de ese año deja de volar. Tras entrar en concurso de acreedores, en 2016 el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santa Cruz de Tenerife inició su liquidación. Sus deudas superaban los 50 millones de euros.