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Las terrazas vuelven a llenarse con el fin del estado de alarma y el buen tiempo. JOSE RAMON LADRA
La incertidumbre laboral amenaza el salto del 'ahorro forzoso' al consumo

La incertidumbre laboral amenaza el salto del 'ahorro forzoso' al consumo

La Autoridad Fiscal calcula que la tasa de ahorro no bajaría al 7%, niveles previos a la crisis, hasta finales de 2024

Sábado, 15 de mayo 2021

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La hucha acumulada durante la pandemia por las familias españolas se ha convertido en la gran esperanza económica del Gobierno y organismos internacionales, que confían en que ese exceso de ahorro empiece a trasladarse al consumo y a la inversión este mismo año. «El 'ahorro forzoso' se está convirtiendo en preventivo e irá trasladándose al consumo cuando los hogares retomen decisiones de inversión aplazadas, sobre todo en bienes duraderos», explica Gregorio Izquierdo, director general del IEE.

Pero cuidado, deja claro que «este año no alcanzaremos niveles de 2019», antes del estallido del coronavirus. Su visión es compartida por la mayoría de expertos, que advierten de que todos los planes que sitúan al consumo como motor de salida de la crisis pueden verse truncados si la percepción que los españoles tienen de la economía no mejora, más en términos del mercado laboral que de la propia evolución del Producto Interior Bruto (PIB). Y hay datos que evidencian que la confianza está lejos de ser una realidad. Por ejemplo, según recordaba esta semana la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), entre el segundo y el tercer trimestre del pasado año, la posibilidad de mantenerse en un ERTE ascendía al 20%. Aunque actualmente hay menos trabajadores acogidos a esa figura, la cifra se sitúa ahora en el 60%. Y, sin perspectivas claras de reincorporación al mercado laboral, parece lógico que el esperado trasvase del exceso de ahorro al consumo pueda demorarse entorpeciendo la recuperación.

«El año ha empezado con la destrucción de 137.500 empleos en el primer trimestre, según la Encuesta de Población Activa (EPA) y las familias perciben el ciclo por esos datos de empleo, especialmente en su entorno, y aún no tienen la confianza suficiente», explica Izquierdo. «Es evidente que tras el hundimiento de 2020, este año vamos a recuperar parte del consumo, pero no volveremos aún al punto de partida», insiste.

Así que habrá que esperar para que los bolsillos ahora llenos de aquellos que pudieron hacer hucha el pasado año empiecen a vaciarse a una mayor velocidad. Hablamos de volúmenes nunca vistos. El confinamiento y el mantenimiento de las rentas gracias a medidas de protección como los propios ERTE provocaron que en 2020 los hogares españoles disparasen su tasa de ahorro al 14,8% sobre su renta disponible, la cifra más elevada de la serie histórica iniciada en 1999 por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

61.000 millones más

En cifras, el ahorro bruto de las familias rondó a finales de año los 109.000 millones de euros. Es decir, 61.000 millones más que el año anterior. Y la evolución trimestral deja claro que el fenómeno no se limitó a los peores meses de la pandemia. En el cuarto trimestre de 2020 las familias españolas ahorraron 37.000 millones de euros. Para ponerlo en perspectiva, la cifra fue de 24.000 millones en todo 2019.

La explicación detrás de estas cifras está en que al ahorro tradicional, el precautorio ante la incertidumbre económica, se sumó el mencionado 'ahorro forzoso' derivado de la caída del consumo en determinados servicios y que el Banco de España estimó en el 2,5% del PIB hasta el pasado mes de septiembre. El equipo de BBVA Research va un paso más allá y cifra ese 'ahorro forzoso' en unos 40.000 millones de euros, un 3,5% del PIB.

Dudas en las previsiones

Los analistas de la entidad calculan que si todo ese dinero se destinase al consumo, este podría acelerarse hasta un 8% este año, impulsando la maquinaria de la recuperación. Sin embargo, reconocen (y coinciden) que aún existe una «incertidumbre elevada» sobre el destino que tendrá todo ese dinero acumulado en los últimos meses por la convergencia de esas dos realidades de ahorro forzoso y preventivo.

«Cuando estos fenómenos coinciden en un cambio de ciclo, el consumo suele caer mucho más que la renta familiar, lo que agrava la caída de la actividad», indica Gregorio Izquierdo sobre lo ocurrido en 2020. «Ahora vamos a lo contrario», explica, recordando que con el tiempo el consumo puede superar incluso los niveles de renta. Pero todo dependerá del retorno de la confianza de las familias sobre la evolución del empleo. Es decir, las previsiones de recuperación del consumo apuntan al alza. La gran pregunta es cuándo se producirá.

Desde la AIReF manejan una previsión similar, anticipando que la tasa de ahorro no bajaría al 7% hasta finales de 2024, un nivel todavía algo por encima del observado antes de la crisis. Para este 2021 prevén que la cifra se sitúe en el 10% de la renta bruta disponible. «Sin embargo, no se prevé que esta ratio vuelva a los niveles previos a la crisis como consecuencia de la incertidumbre existente y de la amplia holgura en el mercado laboral actualmente observada, que tardaría en normalizarse», añaden los expertos.

El exceso de ahorro supera los 450.000 millones en Europa

Los máximos en el ahorro en los hogares no son exclusivos de España. Según un reciente informe de Euler Hermes, accionista de Solunion, el ahorro bruto en la Eurozona aumentó en más de un 50% el pasado año y el «exceso de ahorro» superó los 450.000 millones de euros. Es decir, más del 4% del PIB. «De cara a 2021, ese exceso de ahorro podría generar un auge del consumo de 170.000 millones, o el 1,5% del PIB», anticipan. Sin embargo, España se queda atrás con un incremento del consumo esperado por la firma de 22.000 millones de euros, muy por debajo de los 68.000 millones en Reino Unido, los 42.000 en Alemania, 30.000 millones en Italia o los 29.000 millones en Francia.

Los expertos apuntan a una idea que también maneja el Banco de España:la bolsa 'extra' de ahorro se ha concentrado en las rentas más altas, cuya propensión al consumo es menor. Esta desigualdad puede entorpecer también ese trasvase del ahorro, teniendo en cuenta además el perfil más conservador de este tipo de hogares ante la persistente incertidumbre. «El problema es que la naturaleza del ahorro preventivo es transitoria y se tiende a materializar en activos muy líquidos y sin riesgo», indican desde el IEE. Es decir, en activos con nula rentabilidad (que incluso pueden mermar el poder adquisitivo por efecto de la inflación)como los depósitos o las cuentas a la vista, que rozan ya casi el billón de euros y representan más del 42% del ahorro financiero de los españoles, la cifra más elevada desde 2013, según datos de Inverco.

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