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La situación del sector de la hostelería de Gran Canaria continúa siendo dramática cuando se cumple casi un año desde que se desató la pandemia y ha estado sumido en cierres y restricciones pero vuelve a «respirar» después de que el Gobierno de Canarias decidiera rebajar el nivel de alerta por la covid al 2.
Bares, cafeterías y restaurantes siguen siendo objeto de restricciones que pasan por límites de aforo, distancia mínima y toque de queda pero estas se han flexibilizado e insuflan «algo de oxígeno» a un sector muy tocado por la crisis de la covid.
Así lo indica el presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio nocturno de Las Palmas (organización integrada en la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo, FEHT), Fermín Sánchez. Según señala, la situación continúa siendo crítica para muchos negocios pero al menos pueden volver a respirar al permitirse la reapertura del interior de los locales (aunque con un límite de aforo del 50%), seis comensales por mesa (en el nivel 3 eran cuatro) y un toque de queda a las 11 de la noche. «Permite que pueda haber clientes también dentro y que haya cenas porque con un toque de queda a las 10 de la noche, las cenas las perdimos casi por completo», manifiesta.
También aumenta el aforo de las terrazas, que pasa del 50% al 75%. Sin embargo, ese aumento apenas supone mejoría cuando la medida viene acompañada de la obligación de mantener una distancia entre sillas y mesas que recorta las terrazas y las deja fuera de la rentabilidad. «Que nos apliquen una norma u otra, las dos juntas no tienen sentido porque anulan prácticamente las terrazas», indica el presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio nocturno de Las Palmas.
Por eso Sánchez reclama a los ayuntamientos que mantengan durante el tiempo que se prolongue esta situación de pandemia y de restricciones las terrazas que se han improvisado en las últimas semanas (denominadas 'terrazas exprés') y que para muchos negocios ha sido su salvación «No estamos de acuerdo con quitar las terrazas. Han funcionado y han permitido a los negocios tirar para adelante. Ahora las quitan y con ello las inversiones que muchos empresarios realizaron para prepararlas y que en cinco semanas no han amortizado. Creíamos que el alcalde lo veía con buenos ojos pero con mucha rapidez las han quitado», indica Sánchez, quien apunta que en los próximos días se dirigirán al alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, de la idoneidad de ampliar las terrazas. «Es que no solo hablamos del negocio, hablamos de empleo, de personas que salen d de los ERTE y hablamos de proveedores y puestos de trabajo que dependen de la buena marcha del sector», señala.
Además del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el de Gáldar ha rechazado mantener las 'terrazas exprés' mientras que los de San Bartolomé de Tirajana y Telde las mantendrán aún en el nivel de alerta 2.
Sánchez se muestra su disconformidad por la disparidad de criterios entre los distintos ayuntamientos y por la marcha atrás de un medida generadora de ingresos y de apoyo a un sector que acumula numerosas pérdidas desde el inicio de la pandemia. En este sentido, un grupo de 30 hosteleros de Gran Canaria, con restaurantes en distintas localidades de la isla y que avanzan hacia su constitución como asociación, estudian la presentación de una demanda colectiva contra el Gobierno de Canarias por las pérdidas sufridas con motivo de la restricciones decididas por el Ejecutivo regional. El colectivo, sobre el precedente que sienta la sentencia del País Vasco del pasado 9 de febrero y que obligaba a reabrir los negocios al entender que no eran origen de los contagios, planea un recurso por la desproporción y falta de justificación de las restricciones del nivel 3. Actualmente la hostelería en España tiene en marcha 22 recursos similares al País Vasco en todo el país.
Volver a la fase 2 permitirá a los hosteleros aumentar los ingresos aunque, como advierte Sánchez, estos siguen siendo insuficientes para mantener el negocio. «En muchos casos no van a llegar ni para cubrir gastos pero permiten seguir tirando para adelante», indica Sánchez. Estima que en esta fase 2 las ventas se mantendrán un 50% por debajo de lo que había hace un año (en las cinco semanas de nivel 3 la facturación se redujo un 80%).
Desde la Asociación que preside se critica la falta de sensibilidad con el sector de algunas administraciones como el ayuntamiento capitalino con el tema de las terrazas y del propio Gobierno de Canarias a la hora de tomar decisiones como la de pasar de una fase a otra. Como indica Sánchez, dejar la decisión para un domingo complica la actividad del hostelero que va a abrir desde el mismo lunes y que tiene que sacar a personal del ERTE y aprovisionarse de mercancía para comidas o cenas. «En algunos casos hay que recordar que los restaurantes han estado cerrados las cinco semanas y volver a poner en marcha un local tras este tiempo lleva su trabajo», apostilla.
Según explica, en la mayoría de los casos y ante la previsible vuelta al nivel 2 los empresarios decidieron rescatar de los ERTE a los trabajadores desde finales de la semana pasada y compraron la mercancía. «Nos arriesgamos y salió bien pero se podía haber ido todo al carajo. Pedimos que sean consecuentes», señala.
El sector hostelero representado por la Asociación e Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio nocturno de Las Palmas sigue esperando y confiando que el Gobierno de Canarias apruebe ayudas directas para el sector que vayan más allá de un aplazamiento del pago de los impuestos, tal y como se ha puesto en marcha en otras comunidades autónomas.
De ahí que por ahora no se sumen a la demanda colectiva que planea un grupo independiente de hosteleros de la isla.
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