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«Hospitales San Roque es una entidad pionera en Canarias»

Médico especialista en Endocrinología y descendiente de médicos. Su dedicación es vocacional y, quién sabe, si incluso hereditaria, no en vano sabe desde la cuna qué implica tener en sus manos el cuidado y la salud de los demás, una gran responsabilidad que afronta con altas dosis de autoexigencia y visión de futuro.

T.M. / Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 31 de octubre 2018, 10:25

— Hospitales San Roque es una entidad casi centenaria en la que usted representa a la segunda generación. ¿Qué queda de los principios de su fundación?

— Los principios que inspiraron la creación de Hospitales San Roque en 1920 tienen plena vigencia: preservar la salud de los habitantes y también visitantes de nuestra Isla. La prevención y cuidado de la salud es la primera riqueza de la sociedad. Eso es lo que hemos hecho durante este tiempo, cuidar de quienes nos han confiado sus cuidados. Gracias a la implementación de las más avanzadas tecnologías, al desarrollo farmacológico y a nuestros profesionales, nos servimos de herramientas que hace un siglo ni se imaginaban; pero la vocación, la dedicación al enfermo, la atención al paciente, a su entorno y a su realidad, sigue siendo nuestro principio impulsor y creo que, en gran medida, también nuestra diferencia.

— ¿Y cuál es la clave para conseguir alcanzar el siglo?

— Si se lo digo le revelo el secreto más valioso de la empresa (risas). No hay una sola clave, es una cuestión de equilibrios entre los factores que le mencionaba antes. Presumimos de contar con muy buenos y reputados profesionales del sector, y al mismo tiempo a nuestra inversión en innovación tecnológica. Ese binomio nos ha permitido ser pioneros en Canarias en importantes aspectos como el diagnóstico y el tratamiento oncológico en todas sus dimensiones, con lo que ello supone en la realidad sanitaria que vivimos. Esas son las dos piezas claves que por separado no significan nada. La sanidad es una maquinaria que requiere un engranaje perfecto. Esa organización es la que permite que lo demás funcione y sea exitoso. Y no es fácil, teniendo en cuenta que asumimos una complejidad clínica no habitual en el entorno nuestro, y equiparable a hospitales de referencia en Europa.

— Pero en la sanidad privada la salud es un negocio...

— Sí, claro, pero no es precisamente de los más rentables. Le invito a observar la tendencia nacional e internacional a la concentración empresarial del sector salud. Con rentabilidades de entre un 2 y un 3% en Canarias no puede considerarse que sea de las más interesantes desde el punto de vista inversor. Sin embargo, son generadoras de empleo (Hospitales San Roque cuenta con más de 1.200 trabajadores y trabajadoras) e impacta mucho más en la sociedad si tenemos en cuenta los subsectores auxiliares de esta industria. Es decir, la rentabilidad para el inversor es baja, sin embargo

tiene un peso importante en el PIB.

— ¿Por qué esa confrontación entre la sanidad pública y la privada?

— No hay tal confrontación. De hecho estoy particularmente orgullosa de nuestro Sistema Nacional de Salud que ofrece una cobertura universal. En sanidad los servicios se pueden proveer con recursos públicos o con recursos privados. Pero la Sanidad, con mayúsculas, es una sola. Dentro de ese sistema sanitario los dos ámbitos (público-privado) son colaboradores necesarios para mantener al paciente en el centro de la asistencia sanitaria y esto, realmente es lo único que importa. En el ámbito sanitario la demanda es siempre infinita; pero los recursos no lo son. La sanidad pública no puede asumir con celeridad los cambios que desde el punto de vista sanitario, y especialmente social, se producen. Tenemos una población cada vez más mayor que necesita de más cuidados, por lo tanto este sistema funciona gracias al equilibrio. A la sanidad privada no le interesa la quiebra del sistema público. Ese es un argumento que sólo se puede sostener desde un desconocimiento profundo o desde posturas particulares interesadas.

— ¿Por qué?

— Porque ni la sanidad pública puede absorber toda su demanda, ni la sanidad privada podría asumir toda la demanda de la pública. Son herramientas de equilibrio de un mismo sistema. El objetivo final es la salud de la población, la prevención de las enfermedades, los tratamientos más eficaces y ayudar en los cuidados, que muchas veces son sociales y no sanitarios. Las personas necesitan que se les atienda bien, en el menor tiempo posible y con la máxima calidad y seguridad. Un sector privado potente, con alto grado de competitividad entre sí, es un gran aliado para la sanidad pública. De hecho, desde 1920 ésta ha sido la filosofía ayudar al sistema público, para ello incluso nos hemos desplazado a Lanzarote en aras de acercar los medios diagnósticos de los que la isla no disponía.

— ¿Qué es lo que más le enorgullece de Hospitales San Roque?

— Son muchas cosas las que me hacen sentir orgullosa de pertenecer a esta gran familia. Estar a poco más de un año para celebrar nuestro primer centenario y saberme parte de él es ya un orgullo de por sí. En casi 100 años hemos pasado por todo tipo de vicisitudes, la reciente crisis económica, de la que aún estamos saliendo, ha sido un gran reto para nosotros. Seguir en pie pese a todos los inconvenientes en medio de grandes Hospitales en el panorama nacional como Quirón o Vithas ya genera cierta satisfacción.

— Todo esto sin perder su seña de identidad...

— Efectivamente, es también reconfortante seguir siendo los mismos, no haber perdido nuestras señas de identidad por este camino tan complejo. Hospitales San Roque sigue siendo una empresa canaria, de capital netamente canario, con un importante compromiso con su población. De ahí que también me haga sentir especialmente satisfecha de los distintos

proyectos que desarrollamos desde nuestra política de Responsabilidad Social para devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad nos ha dado. Desde el patrocinio de equipos deportivos, proyectos de Nutrición Responsable en los colegios, campañas de prevención en colaboración con distintas administraciones y con el Colegio de Médicos, nuestra Escuela de Pacientes y la ayuda a los profesionales de países más desfavorecido que vienen a formarse con nosotros. Este año, de hecho, un proyecto que ha sido especialmente gratificante para mí es la creación de una red de voluntariado para aquellas personas que no disponen de soporte familiar. Por otra parte, es innegable que lo que nos motiva a seguir mejorando cada día son los buenos resultados obtenidos en las encuestas de satisfacción de nuestros pacientes, así como nuestros logros en los barómetros independientes de ámbito nacional como el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) que nos coloca entre los 15 mejores hospitales del país.

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