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La puerta de Brandenburgo (Berlín) iluminada en Navidad. reuters
Europa acelera su 'gran apagón' para ahorrar energía

Europa acelera su 'gran apagón' para ahorrar energía

Las principales capitales del Viejo Continente imponen medidas similares a las aprobadas en España y otras más estrictas como el fin del agua caliente en centros deportivos y menor iluminación en calles y carreteras

Clara Alba

Madrid

Domingo, 7 de agosto 2022, 00:10

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Farolas a medio gas, cortes de agua caliente y escaparates a oscuras. Las principales capitales europeas han comenzado a aplicar medidas de ahorro energético con el objetivo de reducir su dependencia ante posibles recortes del suministro del gas ruso.

En España, el Gobierno ha puesto un marcha un plan centrado en los límites de las temperaturas –27 grados para el aire acondicionado y 19 para la calefacción–, el cierre obligatorio de puertas en los locales climatizados y la eliminación del alumbrado de escaparates y edificios públicos desocupados a partir de las diez de la noche. Medidas similares a las adoptadas en otros países de nuestro entorno y que han generado un gran revuelo entre comerciantes, sector servicios y la oposición política.

La falta de detalles sobre cómo se vigilará su cumplimiento y, sobre todo, el hecho de que no se hayan detallado sanciones específicas –como sí se ha hecho en otros países– ha puesto en jaque la efectividad de un programa con el que el Ejecutivo aspira a contribuir al objetivo común de ahorro y eficiencia.

Alemania, cortes de agua caliente

Los analistas de Bruegel estiman que Alemania tendría que recortar en un 29%su demanda de gas respecto a 2021 para hacer frente a un posible corte de suministro ruso. Berlín ha sido una de las primeras capitales en anunciar drásticas medidas, como el apagón nocturno de unos 200 monumentos como la puerta de Bradenburgo o la catedral. Múnich ha ido un paso más allá y desde el 1 de agosto mantiene sus saunas cerradas y ya no hay agua caliente en las oficinas públicas. Igual que en Hannover, donde solo habrá calefacción –y a 20 grados de máximo– entre el 1 de octubre y el 31 de marzo.

Las duchas y los baños de agua caliente en gimnasios o piscinas públicas también han quedado relegadas a cosa del pasado. Y se establecerán mecanismos en los los semáforos de zonas menos transitadas para que se apaguen cuando no haya tráfico.

París, ¿ciudad de la luz?

Como en el caso español, el Gobierno de Emmanuel Macron ha planteado el apagón de los escaparates en tiendas y locales comerciales. Su norma es mucho más específica que la española, al establecer que la medida rige desde la una de la madrugada (o bien, una hora después del cese de actividad) hasta las seis. El límite para el aire acondicionado será de 26 grados.

En París, el ayuntamiento ya obliga a los locales climatizados a mantener cerradas sus puertas, con sanciones de 150 euros para los incumplidores. Pero Macron ha propuesto multas de hasta 750 euros para todo el país. Se extiende además la prohibición de la publicidad luminosa que hasta ahora solo regía en poblaciones inferiores a los 800.000 habitantes, con la excepción de aeropuertos y estaciones. Quien incumpla, será multado con 1.500 euros, según detalló esta semana la ministra del ramo, Agnes Pannier-Runacher.

Italia, carreteras a oscuras

El país ha optado por limitar la temperatura a 25 grados en los edificios públicos. Pero si la situación se agrava, está previsto el apagón de farolas en algunas calles y carreteras, o bien una rebaja de su intensidad lumínica.

Del mismo modo, se apagarán los monumentos y, quien no se atenga a las nuevas normas, se enfrentará a sanciones de entre 500 y 300.000 euros.

Hungría, paga más quien más consume

El país depende mucho más que otros del envío de gas ruso (compra el 65 % del petróleo y el 85 % del gas que utiliza)o de las interconexiones europeas. Desde el pasado 1 de agosto se aplican medidas de emergencia energética y los hogares que más consumen, pagan un precio más alto que el resto por cada kilowatio/hora.

Grecia y Bélgica, aislamiento total

Bajo el lema 'Aísle su casa, aísle a Putin', el Gobierno de Bélgica ha aprobado incentivos para mejorar la eficiencia energética de los hogares, con rebajas del 6%en el IVA para las obras de rehabilitación o instalación de paneles solares, por ejemplo. Del mismo modo, la medida estrella de Grecia se basa en un programa de inversiones dotado con 640 millones de euros para mejorar el aislamiento de las ventanas de las viviendas.

Objetivo: depósitos al 80%

'Ahorrar gas para un invierno seguro'. Es el nombre con el que la Comisión Europea bautizó su plan para reducir un 15% el consumo de gas natural de aquí a la próxima primavera. Una hoja de ruta que España apoya en el fondo por la necesidad de ahorrar, pero no en la forma que exige sacrificios directos al consumidor.

Más allá de la posibilidad de racionamientos si la situación con Rusia se complica, el plan de la Unión Europea pasa por alcanzar unos niveles de almacenamiento del 80% de su capacidad antes del 1 de noviembre de este año, con el objetivo de prepararse para un invierno más duro de lo habitual, en el que una subida de la demanda podría provocar un shock ante los menores niveles de oferta esperados. Pues bien.

Según los últimos datos semanales publicados por GIE (Gas Infraestructure Europe), los niveles de almacenamiento de gas en Europa ya estaban llenos en un 70,54% esta semana, superando la media del 70,32%de los últimos cinco años. Los datos se acercan también a la media de los últimos diez años, del 71,40% y, de continuar el ritmo actual, sería posible alcanzar el objetivo marcado para noviembre.

Además de mejorar los niveles de almacenamiento, la Unión Europea también ha reducido ya de forma notable sus importaciones de gas ruso.

En su último Boletín Económico publicado esta semana, el Banco Central Europeo (BCE)constata cómo tras los cortes de suministro a países como Bulgaria, Dinamarca o Polonia en abril y los ajustes parciales en otros países, «las importaciones totales de la UE de gas procedente de Rusia en la última semana de junio mostraban un descenso del 65% con respecto al año anterior».

El organismo recuerda que el aumento de las importaciones de gas natural licuado y el uso de otros gasoductos compensaron parcialmente esta reducción. Pero alerta de que «siguen existiendo riesgos para el suministro», precisamente, por los niveles de almacenamiento que, no obstante, ya han comenzado a repuntar.

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